Foto: Bruce Willis en la película “Pulp Fiction”, Butch en la película, preparándose para quebrar el “tongo”, en una pelea que le habían preparado por el respeto a la memoria de su padre. Y por una mujer, claro. La escena:
Amicis, cameratis, compagnis: Todos os habéis enterado de la comedia chusca, más chusca de lo normal, que se ha perpetrado en el “templo” de la soberanía nacional y es que, un tontoooo, muy tontooooo, del Partido Popular, un tontaco que dirían en la Mancha,
“s,ha equivocao” de botón y ha dicho “sí” y “no”, aprovechando un sistema muy de “teletrabajo”, que es muy “modelno” y que permite a los sufridos diputados, diputadas y diputades, quedarse en casa fingiendo una enfermedad mientras se dedican a pastelear, prometer, corromper y hacer lo que, en definitiva, es el trabajo conocido como “político-profesional” o “casta política”, concepto que no inventó Pablito Iglesias, sino un teórico del fascismo: Gaetano Mosca.
Casero, muy casero
El caso es que muy casualmente, una votación “de la ley más importante de la legislatura”, Yolanda Díaz, la Fashionaria, la típica “superpijaguay”, que hace cosas “chulísimas”,
pues resulta que, a base de componendas y corruptelas, con los sindicatos percebeiros y la patronal de amiguetes de la subvención, la Ministra Chachiguay iba a conseguir auparse como la Gran Esperanza Blanca del Feminismo: “Las otras políticas”, las de nuestra Moni-Kamala y su “restos de serie” del feminismo celulítico y dipsomaníaco y desafiarse en el O.K. corral, que no en la macrogranja, por favor, de las próximas elecciones, con el Bello Pedro.
Pero algo ha salido mal. Y es que “el que con niños se acuesta, cagado se levanta”, y una serie de “curiosas coincidencias” ha hecho que todo el pastel monclovita se reviente, quedando muy quemados los tontos de Génova 13 y la susodicha Fashionaria. Por no hablar de “ricitos de oro” de la presidenta del Congreso, niña pija del PSC-pa,romper España, Meritxell Batet que, cosa curiosa, había sido la esposa de Chema Lassalle, un peperito, “niño pijo de Salamanca” a los que “se les rompió el amor de tanto usarlo”.
Como podéis comprobar, esto de la “casta política” va en serio y se producen lo que se ha dado en llamar “extraños compañeros de cama”, con permiso del disonante Groucho.
En fin, debilidad parlamentaria del Gobierno, debilidad mental de la oposición pepera, que entre Gamarras, traidorzuelos variados y Teodo-borricos, le han proporcionado a VOX una “semana fantástica”, sin mover un pelo, porque claro, quién quiere votar a un partido con un secretario de organización, el tal Casero, del que no sabemos si tiene una orientación sexual determinada,
o igual es que es del Opus Dei, como Cotino, q.e.p.d-, si tiene estudios o no, como Cotino, q.e.p.d también, que no sabe ni apretar un botón y que fingía una enfermedad para quedarse en casa y manifasear todo lo posible y más.
Tápame, tápame, que tengo frío
En fin, lo que sucede cuando se eligen a los adeptos antes que a los aptos, es que te pueden meter en un lío. Ya lo dijo el Duce:
“Divido a mis oficiales en cuatro grupos. Hay oficiales inteligentes, laboriosos, estúpidos y perezosos. Por lo general, estas características aparecen combinadas de dos en dos.
Así,
- algunos oficiales son inteligentes y laboriosos – su lugar es el Estado Mayor.
- Otros son estúpidos y perezosos, son el 90 por ciento de todos los ejércitos y se les pueden encargar tareas rutinarias.
- Los que son, a la vez, inteligentes y perezosos están calificados para las más altas responsabilidades de liderazgo, porque poseen la inteligencia intelectual y la compostura necesaria para las decisiones difíciles.
- En fin, hay que tener mucho cuidado con los que son estúpidos y laboriosos. Nunca les encargues nada importante porque solo provocaran desastres”
Y se conoce que el tal Casero, no descansa de ser tonto ni cuando está de “baja por enfermedad”.
Pero no pasa nada, el “tongo” de la “reformiña laboral” ha pasado por las “horcas caudinas” en los que se han visto algunos diputados -los de UPN- con un mínimo de decencia que se han jugado su porvenir por no apoyar a un gobierno indecente capaz de pactar con los asesinos de Bildu.
En fin camaradas, más allá del juego del teatrito político, la Nación española sigue, como dijo hace más de un siglo en un famoso artículo don Francisco Silvela, “Sin pulso”, en el que denunciaba la anarquía y la corrupción y la falta de coraje de los parlamentarios y políticos de la época para afrontar los problemas de España.
No es de extrañar que contra este “clima político”, nuestros mejores se alzaron el siglo pasado para denunciar, pero también para preparar a la juventud española, como grandes oradores que fueron, para la lucha que vendrá:
Y como dice José Luis, “nos veremos en las calles”. Y, añado yo, más tarde, arriba donde los luceros.
Vuestro Otto.