El 20%, como mínimo, de las ayudas escolares irán a parar a familias inmigrantes. En efecto, sobre un total de 2.475 ayudas para alumnos, 535 será para hijos de inmigrantes. ¿Es justo? En principio no habría nada que oponer si estas familias justificaran su presencia en nuestra población por motivos de trabajo, pero, como se sabe, en septiembre se inicia el “séptimo año triunfal de la crisis económica” y el paro se ha cebado con una inmigración que no tiene esperanzas de poder acceder en los próximos años a puestos de trabajo que, por lo demás, si existieran, sería normal que fueran ocupados por españoles. A fin de cuentas, se suele olvidar que este es nuestro país y que no tenemos otro, a diferencia de la inmigración que sí tiene un país de origen.
Frecuentemente, en esos países de origen, hoy existe más trabajo que en España. El caso español es único en el mundo: no solamente su mercado laboral está literalmente derrumbado, sino que ni siquiera existen perspectivas de que la tendencia vaya a cambiar en los próximos años. Las cifras triunfales del gobierno solamente indican que España es capaz de generar “trabajo basura” y, frecuentemente, sólo estacional. Con todo esto queremos decir que la lógica y el sentido común sugieren que, dadas las actuales condiciones, la inmigración debería retornar a sus países de origen.
En lugar de eso, la estamos incentivando a quedarse y la estamos subsidiando… como demuestra el que un mínimo del 20% de las ayudas escolares concedidas por el Equipo de Gobierno del Alcalde Aguilella vaya a parar a la inmigración. No parece, desde luego, la mejor política.
Todos sabemos cómo está nuestra gente y nuestro pueblo: las bolsas de paro, las bolsas de empleo mal pagado, el trabajo negro, los apuros para llegar a fin de mes y en muchos casos, el hambre pura y simple, son frecuentes entre nuestra gente. En tales condiciones ¿qué hace la inmigración en España? Es simple de entender: cuando el gobierno dice que nuestra economía debe “ganar competitividad”lo que nos está diciendo es que los salarios deben recortarse, las prestaciones sociales disminuirse, el despido debe ser libre y hay que alejar la edad de jubilación lo más posible… Eso y no otra cosa supone “ganar competitividad”. A todo esto, los “agentes sociales”, esos sindicatos amamantados desde el gobierno de turno, permanecen mudos entonando el “ande yo caliente, y ríase la gente…”.
Por eso está la inmigración entre nosotros, por eso no se le incentiva para que se vaya: porque cuantos más aspirantes haya a un puesto de trabajo, menos salario ofrecerá la patronal. Y ya sabemos que hay inmigrantes que están dispuestos a vender su fuerza de trabajo más barata que cualquier español.
La inmigración, indudablemente, ha enriquecido y beneficiado a una serie de patronales (a la de hostelería hoy y a la de la construcción en un tiempo no tan lejano), pero el coste que ha generado y está generado la presencia de la inmigración la hemos pagado entre todos. Aznar abrió las puertas, Zapatero amplió la puerta de entrada, Rajoy mira a otro lado… Desde 1997, cuando se inició el fenómeno migratorio, nuestra economía “ha ganado competitividad”…esto es, los salarios no han dejado de bajar, el empleo se ha precarizado y ahora solamente se crea empleo-basura.
Nosotros,somos los que subsidiamos con nuestros impuestos a una inmigración que debería haberse ido a su país en cuanto aquí empezó la crisis económica y que ha tenido siete años para hacerlo durante los cuales el paro se ha hecho el factor dominante en nuestro mercado de trabajo. No han retornado, ni el gobierno los ha repatriado, y ahora el gobierno municipal se cree obligado a seguir pagando los libros de texto para la inmigración.
El 20% de tales ayudas (como mínimo) van a parar a hijos de inmigrantes. ¿Es justo? Esta no es la pregunta que procede: la pregunta correcta a formular es ¿qué hacen los inmigrantes en nuestro país cuando en su país de origen hay más trabajo que en el nuestro? Pregunta retórica a la que ya hemos contestado: están aquí para que“ganemos competitividad”… y perdamos todo lo demás.
Vamos a presentar otra perspectiva: un buen día, impera el buen sentido y los inmigrantes se van. Bruscamente, nuestro mercado laboral adquiere de nuevo su dimensión real. Y de un día para otro, de 6.000.000 de parados nos encontramos con que solamente queda algo menos de la mitad. En Onda lo notaríamos ¡y vaya si lo notaríamos! Así pues, los 600.000 euros que el ayuntamiento invertirá en educación este próximo curso escolar se repartirían a razón de un 20% más para cada alumno: mejoraría la calidad de la enseñanza, el “cheque escolar” cubriría más gastos, habría menos alumnos a repartir así que tocarían a más por alumno… Parece una bonita perspectiva ¿verdad? Olvidarla, por el momento. Eso solamente puede ocurrir en un mundo idílico en el que PP y PSOE hayan sido arrojados al basurero de la historia… Pero, tal como comprobarán en las próximas elecciones municipales, ni PP ni PSOE van a salir indemnes de años de mala gestión, traición a los ciudadanos, corrupción generalizada y búsqueda de la “competitividad” a cualquier precio… ¿Creéis que PP y PSOE saldrán indemnes de todos estos abusos y de tantas décadas de mala gestión? Desde luego que no… y ellos son los primeros en saberlo.