Los atentados terroristas sucedidos en Francia, nos recuerdan las proféticas palabras del Presidente Sirio Bashar Al Assad, quien ya advirtió a Hollande, Merkel, Rajoy o Barack Hussein Obama, que “acabarían pagando caro su apoyo a Al Qaeda en Siria”, que sin embargo éstos llamaban “rebeldes moderados y democráticos”. No fue el único que exhortó a Occidente sobre este hecho, el Arzobispo Católico Sirio Jacques Behnan Hindo, como muchas otras autoridades religiosas cristianas, que sufrieron en sus carnes el terrorismo promocionado por la lacaya U.E y Estados Unidos, ya avisaron y condenaron la política occidental en Siria.
Pero “nuestros” representantes políticos, que podríamos llegar a catalogar como cómplices de asesinato, siguieron apoyando a estas alimañas, a las que donaron armas para que días atrás las utilizaran para asesinar a honrados ciudadanos franceses. Una realidad que no quiere reconocer esta casta política.
Según noticia aparecida en el diario El Mundo el pasado 8 de enero, fuentes policiales españolas habrían informado a este periódico, que los hermanos Kouachi y un tercer detenido (autores materiales del horrendo crimen), habrían combatido militarmente en Siria. Ante este hecho contrastable, los gobernantes occidentales, supuestos culpables de ser cómplices de asesinato y de realizar apología del terrorismo, se están apresurando a borrar estas pruebas irrefutables que demostrarían su culpabilidad.
De esta manera, se nos está haciendo creer, a través de los medios de desinformación, que los terroristas pertenecerían a Al Qaeda en el Yemen y no al Estado Islámico en Siria e Iraq (como si Al Qaeda no estuviera presente en Siria como Frente Al Nusra). Nada más lejos de la realidad. En el Yemen actual, tras el triunfo de la Revolución Houthi, el terrorismo de Al Qaeda apoyado por Marruecos, Arabia Saudí, Pakistán, Jordania o el propio Estados Unidos, se encuentra muy mermado. Sus últimas células están siendo aniquiladas por el Ejército chiíta Zaydi, que es apoyado por milicias iraníes y Hezbollah (esta es uno de las causas por las que Arabia Saudi mantiene su producción de petróleo con el objeto de debilitar el apoyo iraní la los houthís).
Por otro lado, algunos oligarcas como Francois Pinault, a través del diario Le Point, estarían intentando impulsar la teoría de la conspiración, que sin poderla descartar al 100%, podemos afirmar que carece por completo de los indicios que si tendría, por ejemplo, el 11-M. Los terroristas islamistas, como otros miles de inmigrantes magrebíes nacidos en Francia y en Europa, habrían sido terroristas voluntarios en Siria, siendo suficientemente conocidos por las Fuerzas de Seguridad francesas (aunque difícilmente controlables por el número). Aunque fueran encapuchados, no sería necesario perder ningún documento para saber de que individuos se trata.
Por todo lo expuesto, no nos olvidemos de señalar a todos los culpables de estos atentados.
MAB