España2000 considera una auténtica irresponsabilidad y una amenaza a la estabilidad mundial el ataque a un avión militar ruso, que encontrándose en misión antiterrorista en Siria, combatiendo las posiciones del Estado Islámico, el Frente Islámico y el Frente Al Nusra (Al Qaeda), fue derribado por las fuerzas aéreas turcas.
Aun en el caso de que el avión ruso hubiera violado el espacio de aéreo turco, cosa que desmiente Moscú mediante datos de vuelo registrados y el lugar de caída de la aeronave (Siria), abatir el avión ruso, de vuelta a su base después de haber finalizado su misión militar contra los terroristas, supone una auténtica temeridad que puede empujar a España a verse inmersa en un conflicto de proporciones desconocidas. Recordemos que en plena crisis del islote Perejil, los pilotos españoles no dispararon en ningún momento a los cazas marroquíes que violaron repetidas veces nuestro espacio aéreo, sino que los escoltaron hasta que éstos abandonaron nuestro territorio. Cualquier otra acción hubiera sido tensionar más la situación, algo innecesario una vez que se había recuperado la soberanía sobre islote ocupado.
No obstante, es evidente que el derribo del avión ruso supera toda justificación de una supuesta violación del espacio aéreo turco. Es de sobra conocida la posición de Ankara en cuanto a la intervención de Rusia en Siria. Para el gobierno turco, Siria y los Balcanes son el área de influencia donde Erdogan pretende construir su nuevo Imperio Otomano. Por tanto, cualquier operación de castigo contra los “rebeldes sirios” (Frente Al Nusra, Brigada del Islam o el Frente Islámico), es percibida por el gobierno turco como una amenaza a su política exterior. Sobre todo desde que Estados Unidos suspendiera el programa de formación a los “rebeldes moderados” sirios (FSA), pareciendo preferir para la contención del Estado Islámico, en estos momentos, a las milicias kurdas del YPG.
En este sentido, creemos que tanto el ataque al caza ruso, como la crisis de los refugiados sirios, responden al interés turco de forzar la intervención militar occidental en la guerra de Siria. No es casualidad que entre los refugiados que partieron desde Turquía se escondieran al menos dos terroristas que atentaron en París el pasado 13 de noviembre.
No sabemos como va a acabar todo este entuerto, pero tras el derribo injustificable de un avión ruso por Turquía, con el asesinato de un piloto por yihadistas afines a este país, España, por su pertenencia a la OTAN, se encuentra inmersa en una crisis que puede derivar en un conflicto de consecuencias desconocidas. En efecto, ante el miedo a cualquier represalia rusa, Turquía podrá echar mano de los artículos 4 y 5 del tratado de la OTAN, forzando la intervención de España. Estaremos atentos a ver como nos venden los medios de comunicación, que España participa en una guerra para defender los proyectos neoimperiales de Turquía.
No podemos tolerar esta situación. No debemos derramar ni una gota de sangre española por intereses que son contrarios a los españoles. Se debe repatriar de inmediato a todos los militares desplegados en Turquía, y plantear desde este momento nuestra permanencia en la estructura militar de la Alianza Atlántica. Hay que permanecer firme ante las continuas provocaciones turcas y denunciar su relación de connivencia para con las organizaciones terroristas islámicas. Y por supuesto, solo podemos estar junto a aquellos gobiernos, como el ruso y el sirio, que desde el principio han tenido claro cuál es el verdadero enemigo al que combatir, el islamismo de inspiración salafista patrocinado por las dictaduras del Golfo y del que se beneficia Wall Street.