Hoy vamos a hablar del “habemus fusión” Bankia-Caixabank, o confusión, depende de cómo se mire. Porque tan pronto se nos dice por Chimo Peluquini “que la sede estará en Valencia”, como que el conseller Tremosa, que rima con muñeca Famosa, dice “que de eso nada, monada”, que los que mandan son ellos y que nos demos con un canto en los dientes si nos dejan las migajas: la “sede cultural” de la Bankia de nuestros pecados -y del tío Aceitunas, el motillano- y de la “sede social” de Caixa Bank, que ocupa la antigua sede del Banco de Valencia, y que también conoció las fantasías financieras y contables de lo más granado de la poliltiquería regional, con el sabido resultado: quiebra, procesos y cárcel para no todos los que nos gustaría.
La verdad, es que la discusión por esas “sedes”, ya se ha dicho son “pecatta minuta”. Son los restos del gran holocausto de las cajas de ahorro, porque las decisiones inversoras, políticas, en definitiva, se van a seguir tomando, en la muy sacrosanta sede financiera de Caixabank, sita en la Diagonal, antes llamada Avenida del Generalísimo Franco, Barcelona. Y serán tomadas por el supernumerario -vamos, que son los de la obra que solo “cumplen” de cintura para arriba- opusdeísta don Isidro Fainé, “il capo di tutti capi dil nostri Ibex”. Isidro Fainé, como sabéis, nació en Manresa, ciudad carlistona“el cor de Catalunya”. Sí, sí, como dice de sí mismo nuestro “ausente” particular, Juan Ribó. Y que decir del otro novio, el de Bankia “Goiri” -no me sale uno de los ocho apellidos vascos- por consiguiente, también con un ADN premium”. Goiri amamantó leyes y balances en “Deusto”, granja jesuítica de los oligarcas de Neguri. Y tiene en la culta de su “colt” un montón de extinciones de bancos, cajas y montes de piedad . De él se dice que por donde él pasa, se cierran sucursales y se manda al paro a los buenos empleados de toda la vida. De esos que no eran capaces de estafar con las “preferentes” a familiares y jubilados.
Pues bien, este “notición” del viernes me ha esclarecido lo que acaecido en la Moncloa el lunes pasado, ya sabéis, todos los gerentesos y gerentesas, CEOS y CEAS, del IBEX-35 fueron a rendir pleitesía al ganapán monclovita. Y salieron más contentos que unas pascuas porque se les confirmó que no se va a subir el impuesto de sociedades -es decir, de donde pastan sus latisueldos-, porque pagar el IRPF y el IVA es propio del populacho.
Conclusión: el lunes hubo un auténtico “first date” con pajaritos y corazones flechados, entre el Pedropablismo y la oligarquía de la especulación y destrucción del tejido productivo real que, al olor de las fusiones y el maná-despilfarro venidero de los fondos de esa Europa en liquidación cultural y social que tanto gusta al Soros de hoy y al Opus de siempre.
Hay dos cosas comunes que me llaman la atención del físico de estos tres personajes -Soros, Fainé y Goiri-: a saber, un careto perfectamente rasurado, unos gestos y una entonación de “ejercicios espirituales” tan a lo monseñor Escrivá de Balaguer y una mirada alumbrada por el brillo de la de codicia del Shylock del mercader de Venecia.
Los que tenemos cierta edad, conocimos el valor de las cantidades en pesetas “la libreta” -ay, esa libreta de la abuela Amparín, la de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia-, a mi me abrieron una con una imposición inicial de 1000 pesetas, de un azul pálido, aunque luego giró a un rojo carmesí, a nosotros, digo no nos coge de sorpresa esta “concentración bancaria”, José Antonio le puso el nombre de “aglomeración”, que en este punto estaba con don Carlos. Se trata, en definitiva de obtener más, pero que muchos más beneficios “ahorrando costes”, y da igual que si para obtener esto envía al paro a cinco o seis mil personas más, no pasa nada, se pagará con los impuestos de los mismos que tienen que acudir angustiados a pedir un crédito y que una “app” de análisis de solvencia nos interrogue en lugar de hablar con el director de la sucursal de toda la vida.
O.S.