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La pandemia mecánica

Salute, compagni:

La imagen es de un “drugo” -un colega-, Alex, y de una película que, espero, conozcáis.

Si no la conocéis, a “bajársela”: es de las grandes de Kubrick y puede venir bien si nos meten nuevamente en la mazmorra doméstica, aka “cuarentena” y/o “confinamiento”.

El método Ludovico:

El propósito de La Naranja Mecánica no es en sí criticar la corriente de la psicología conductista (entre otras cosas porque el conductismo no se fundamenta en el condicionamiento simple y da más importancia a las técnicas propuestas por psicólogos como B.F. Skinner), sino ofrecer una reflexión acerca de los tiempos que se vivían a finales del siglo XX. El método de Ludovico es la herramienta que la película elige utilizar para explicar cómo un poder que se encuentra más allá del individuo puede transformar a este último en una marioneta. Vamos, como ahora.

Para lo que al caso interesa, en la peli se nos cuenta cómo un Gobierno pretende “condicionar”, es decir, “amaestrar” a una sociedad utilizando sistemas de repetición forzada de estímulos de todo tipo: con premios y castigos, utilizando imágenes, música, emociones, promesas y comportamientos que, en caso de no ejecutarse tal cual, produce un dolor o displacer insufrible.

Igualico que ahora.
La hora emocional del rebaño, o de las palmas palmitas que viene Pedro Sánchez: pesadísimos con el “Resistiré”.
Hubo muchos vigilantes -y vigilantas- de la Stasi balconil para controlar quién salía y quién no a las 8pm. Mucha “vieja del visillo” gubernamental.
Menos mal que siempre quedan patriotas para aguarles la fiesta rebañil: viril homenaje a los sanitarios, sin pamemas.

Seguimos;

Esta sí, esta no, esta no me la pongo yo: vacunas baratitas pa,l populacho, a 1,32 euros. Que se las quitan de las manos…

Dentro de este “método Ludovico” aplicado a todas las naciones del mundo, y más allá de las “normas de confinamiento” del Estado de las Autonosuyas, 17 normas distintas, con la guardia civil siendo utilizada para ver si te pasas o no de tu “territorio autonómico”.

Y es que lo de la pamema de la Constitución de las Mil Maravillas, esto se ha convertido en un Estado Despitote. Un homenaje a Vizcaino Casas: Alfredo Landa, Presidente del Rebollar de las Altas Torres, explicando al Molt Honorable, Antonio Garisa,  la importancia de “hablar en farfullo”. No os lo perdáis:

El caso es que ahora vienen los de las vacunas, que en tiempo record: 8 meses -lo normal es que tarden un par de años para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad- prometen curar a los 6.500.000 millones de habitantes, más o menos que componemos este planeta. Pero, claro, la cosa es que -al parecer-, hay vacunas “de las caras” y de las “tipo Ikea”:

Como podéis ver, la cosa va de 1,78 euros, de ASTRA ZENECA, precio tipo caja de pastillas juanolas, a los 18 euros/dólares, que son las más tipo “premium”: las de MODERNA, a 24 euracos.

Hasta ahora, los ciudadanos solo conocíamos el coste que tendría la vacuna desarrollada en la Universidad de Oxford y distribuida por AstraZeneca. El propio Salvador Illa reveló a finales de octubre que el precio sería de 2,90 euros. En este caso, la Comisión Europea financiaba un 38,6% (es decir 1,12 euros) y los 1,78 restantes los pagarán los respectivos estados miembros.

“CUI PRODEST”: A quien beneficia la pandemia: a pachas, los millonarios y farmacéuticas.

Nos lo explicó el filósofo hispano-romano, nacido en Córdoba , nuestro admirado y estoico Séneca:

Pues eso, que nos encontramos con una magnífica conspiración, más o menos probada, pero que pone en evidencia lo que se ha dado en llamar el “DEEP STATE”, o “ESTADO PROFUNDO”, la coalición de los intereses oligárquicos entre el aparato del estado y la oligarquía internacional. Todo ello coordinado por “LOS QUE NO PUEDEN SER NOMBRADOS”, so capa de que censuren cualquier tipo de disidencia en las redes sociales.  

El niñato censor: Mark Zurkerberg.

Bueno, pues aquí os dejo, a modo de resumen una bonita composición de toda la red de canallas mundialistas COVID-19:

Ahora me preguntaréis qué hacer cuando lleguen las vacunas prometidas. Bueno, yo solo puedo dar un consejo:

Vuestro amigo Otto, os desea para estas fiestas buen vino, buena compañía y la salud que no falte, por que necesitamos que los camaradas se encuentren fuertes y guerreros para el 2021.

Salud y patria.

P.S. Aprovechad lo del límite de familiares y allegados para no invitar a los “cuñaos” Y “cuñás”.