Amici, camerati, compagni: Todos, todas y todes lo recordaréis. A “Copito de nieve”:
Para los que no habéis tenido la suerte de vivir bajo la oprobiosa dictadura del Caudillo os hacemos un resumen histórico. De nada.
En octubre de 1966, unos campesinos guineanos -es decir, negros- hirieron -es decir, mataron- a un gorila hembra y capturaron a su cría, un gorila albino. Lo vendieron -es decir, unos negros cazadores furtivos, para buscarse la vida como cualquier hijo de vecino blanco, matan a un animal y vende su cría, a Jordi Sabater, ¡¡¡UN FRANQUISTA!!!
Quien estaba a cargo del centro de aclimatación y conservación de animales de Ikunde, en Barcelona. Fue él quien le puso el popular nombre de Copito de Nieve. Cuando Copito tenía poco más de dos años, el 19 de marzo de 1967, fue trasladado a Barcelona como un regalo al alcalde Porcioles, que fue el protagonista del desarrollo de Barcelona como gran ciudad, y fue recibido en su despacho.
La Barcelona franquista encontró pues un símbolo atractivo para mostrar. No tanto como ahora, que Ada Colau y sus activistas por todo y por nada, no paran de estar en el “top ten” de las grandes ciudades del mundo para practicar el “MENA-Vandalismo Urbano”.
Copito de Nieve se convirtió en el emblema del zoo de Barcelona, y tenía DNI y todo. Y es que, como en tantas otras cosas, Franco fue un adelantado a su tiempo, un “influencer”, y tenía sensibilidad animalista, antes que Greta Thunberg, o como se escriba, y mandó que se le hiciera uno.
El club de la lucha
El caso es que el término “copo de nieve”, o mejor, su utilización en el lenguaje “alt rigth”-o derecha alternativa, es decir, nosotros los del “tercer sector”- “generación copo de nieve”. Copo de nieve (en ingles snowflake) es un término que caracteriza a una persona con un elevado sentido de la singularidad, vulnerabilidad emocional, que se ofende fácilmente, es incapaz de lidiar con opiniones opuestas, y posee escasa entereza moral. Se ha atribuido a Chuch Palahniuk el haber acuñado el uso metafórico del copo de nieve en su novela de 1996, Fight Club, que contiene la cita «You are not special. You are not a beautiful and unique snowflake» (Tú no eres especial. Tú no eres un precioso y único copo de nieve).
Claro, que si los medios de comunicación subvencionados/manipulados/dirigidos, pagados, acompañados por las legiones de “profesores universitarios”, “influencers” y, en general, la “mainstream” del progresismo,
se hubieran propuesto tener a una generación -los millenials-, los nacidos con el siglo XXI, absolutamente agilipollados, qué mejor que halagar el pensamiento de la izquierda happy, o izquierda caviar, que hacerles pensar a los niños-adolescentes-jóvenes-perpetuos que ellos son “especiales” y dignos de todo merecimiento por hacernos el favor a los demás de haber nacido. Vamos, que tenemos una generación completa adicta a la narcisina, del mito de Narciso, siempre mirándose a sí mismo, enamorados de sí, egoísta para todo lo demás.
De ahí la epidemia a la que pusimos “banderillas de fuego” en la propia guarida del virus narcisista: Chueca, también conocida como Narcisolandia.
Es decir, amigos, camaradas, compañeros, que contra los políticos profesionales, por muy “ultras” y próximos a nosotros que parezcan ser, la línea es clara, diáfana: unos se acojonan ante el pensamiento “copo de nieve”, -ay Santi, Federico y Espinosete, que sois “sistema” y se os ve venir,
cuánto nos vais a echar de menos cuando lleguen los tiempos duros por no llevarse mal con los “medios”; y otros, lejos de amilanarse, saben que en la lucha, en el “Club de la lucha”, porque los patriotas de verdad, sabemos lo que somos, y que un día moriremos, pero no tenemos miedo a ello;
O como diría el gran fundador:
Camaradas, nos vemos en el “Club de la lucha” de las calles.
Vuestro Otto.