Amici, camerati, compagni:
En el Gobierno más pacífico, ecologista, intersexual y vegano del planeta, ha llegado la orden de movilización al servicio del Gran Gobierno Mundial. Y al grito mediático, recordando el espíritu del cuñadísimo Serrano Súñer, hemos oído el conocido “Rusia es culpable”.
Los rusos ya no son «rojos»… pero siguen siendo rusos. Vinieron durante los años de la «Guerra Fría», en formato «Pacto de Varsovia», con su partido comunista, sus cientos de espías, sus miles de tanques, millones de soldados y cientos de misiles… pero nunca llegaron. Donde únicamente fracasaron desde el punto de vista militar fue en España. Pero aquí estaba este señor pequeñín del que no se puede decir el nombre:
El gran juego
La cosa iba mucho más de “juegos de poderes” entre Estados que de auténtica lucha ideológica.
Es decir, que el comunismo servía a Rusia, hasta que dejó de servirle por pura incompetencia de sus dirigentes y admiradores. Los de hoy y aquí, convertidos al marxismo-narcisismo naïf con la carterita bien llena y la cabeza bien vacía.
¿Qué quedó después de tanto “imperio universal revolucionario”? Pues una economía destruida. Además de parlamento, corrupción, alcoholismo, inflación, desempleo, pobreza, oligarquía, delincuencia y prostitución. Vamos, como nosotros. Pero con una gran diferencia: son pueblo orgulloso, patriota donde los haya. Porque los rusos tienen valores familiares, culturales, religiosos y una magnífica genética, una raza de gran belleza física,
tallada en el frío y la necesidad, y con un líder natural que viste el uniforme militar, usa armas y es cinturón negro de judo: Vladimir Putin,
que no se deja amilanar por las amenazas de un Occidente vendido a la molicie y la degeneración.
Rusia, un “mal ejemplo” para Europa
Debieron pensar los jerarcas del Nuevo Orden Mundial,
que, como sabéis, intentan que nos traguemos una mezcla de buen rollismo de la ONU, con tácticas de infiltración comunistas para conseguir una humanidad dócil a los poderosos y a las élites mundialistas. Está claro que para estos siervos del mal no se puede dejar a un país que ocupa la sexta parte del mundo que dé un ejemplo de no someterse al “Gran Reseteo”, la oportunidad que da la Plan-demia para trastocar el mundo tal y como lo conocemos. El “gran reempezar”, de la Agenda 2030.
Hay que acabar, por tanto, con los países que no se dejan amilanar y que podrían encabezar una lucha mundial contra el Nuevo Orden Mundialista. Sobre todo si tienen orgullo, ejército y “lo que hay que tener”.
La ministra “sargenta”.
Pues, dicho y hecho, hay que montar una “guerrita” que justifique que pongamos en marcha lo más fiero de las fuerzas de la OTAN, a la ministra sargenta, que pasa por ser de lo menos infame del Gobierno traidor de Sánchez. La cosa es que, para un asunto que ni nos va ni nos viene, vamos a enviar un “contingente” de fuerzas especializadas que ya hubiéramos querido ver cuando el intento de separación de los borricos del “prosés”. Así, si se trata de meterle miedo a los rusos, enviamos la fragata Blas de Lezo al Mar Negro, a unos diez mil km de distancia.
Sin embargo, si se trata de asegurar nuestra integridad nacional en Cataluña se envía al barco “Piolín”, al modo de “hotel flotante”, para que seamos el hazmerreir de los “separatas” y demás ralea.
Pero, ¿quién maneja mi barca?
Este señor con pinta de “Pitagorín” es el encargado de hacer como que tenemos algún tipo de política exterior que vaya más allá de perseguir a Sleppy Biden por los pasillos para que el Bello Pedro consiga una foto de “first dates” con él.
Pero la prueba de su incompetencia es que, lejos de conseguir el apoyo de los EE.UU a nuestra soberanía, una y otra vez nos damos cuenta que, en lo que interesa realmente a España, el Gran Imperio de los U.S.A. tiene un nuevo novio, Mohammed VI:
El amigo americano
Hubo un tiempo en el que los EE.UU buscaban la amistad y la colaboración con España.
Franco y Eisenhower fueron ambos generales victoriosos y hombres de Estado prudentes. Su entendimiento fue total. Más tarde, sin embargo, enfermo agonizante Franco y muerto Ike, cuando los intereses “geoestratégicos”, que es una forma de decir “hacemos lo que queremos”, impidieron usar a nuestro ejército el material que “generosamente” nos habían vendido/cedido, con condiciones, para defender la integridad del Sáhara español ante la voracidad de Hassan II y su Marcha Verde.
El resultado, vergüenza y deshonor. Nada de extrañar en tanto en cuanto que el Borbón fue a consumar la traición -es que hasta rima- ante nuestras tropas. Un video para el recuerdo:
El ser un país sin gobernantes decentes sólo permite el encontrarse como un “batallón de modistillas”, sin política exterior propia que garantice el apoyo a nuestros intereses nacionales. Vamos, que somos una piececita en el juego de los poderosos, obedientes a la voz del señor, sin garantía alguna de que se nos apoye cuando se nos necesite. La dignidad y el orgullo de un pueblo debe servir de ejemplo para otros. Los rusos no pasan por su mejor momento, pero aguantarán el tirón, porque han aprendido a sufrir en su historia. Por consiguiente, tarde o temprano, posiblemente ante la caída del Occidente corrupto, prevalecerán los pueblos que se hayan mantenido sanos y unidos.
Nosotros vamos con los patriotas, con las naciones independientes que no se pliegan a los intereses de las elites mundialistas. Nosotros vamos con los rusos.
Un abrazo de Otto para los, y sobre todo, las “tovarich”.