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Volver a empezar

Amici, camerati, compagni:

El tiempo pasa, nos devora, deja pulida nuestra memoria como la piedra esmeril ataca la rebaba de un cuchillo mal afilado. Sin embargo, extrañamente, más allá del deseo de que el río Leteo borre de nuestra memoria quienes fuimos, quienes somos, para permitir, precisamente “volver a ser”, que siempre es el eterno “volver a empezar…”

Begin the beguine

Que decía y componía Cole Porter, que era un talentoso, al que se le recuerda por eso, y no por ser homosexual, cosa que a fin de cuentas ni hace “especial”, ni mucho menos “divino”.

De la misma manera, Antonio Ferrandis, alias “El Coto”, valenciano, paternero “de soca a arrel”.

Gran artista, gran profesional, gran valenciano. Antonio, que también era “marica” en la intimidad -que es como se hacen las cosas que tienen que ver con nuestras zonas inguinales-. En terminología de la “neolengua” orwelliana: “gay”, que es como se obliga ahora a llamar a los mariquitas de toda la vida en España, al menos desde el siglo de Oro.

Entre nosotros, Julio Iglesias, que no es homosexual, y a pesar de ello, también es muy talentoso, en su plenitud, cantaba “Begin the beguine”, con su estilo, muy seductor, “muy español”. Aquí su gran interpretación como “Volver a empezar”:

El eterno retorno de la Patria

En vísperas de importantes acontecimientos: una rebelión social en las calles para tirar al gobierno del Gran Felón, aka Pedro Sánchez, vuelvo a las lecturas del gran Friederich Nietzsche, el de “Así habló Zarathustra”, el filósofo que pugnaba por la Vida Noble.

Una síntesis de la Idea del Eterno Retorno:

En los ambientes patriotas, esta idea se imbrica en un lema españolísimo, cuyo origen se remonta a San Agustín de Hipona: “La muerte no es el final”.

Aquí, una emocionante interpretación con desfile de los Regulares de Ceuta:

Ceuta, Melilla,17 y 18 de julio de 1936

Las cosas ocurrieron más o menos así. El Alzamiento estaba previsto para las 5 de la madrugada del 18 de julio. Pero un chivatazo de un infiltrado en la Falange, Álvaro González, ocurrida el día anterior, el 17 de julio, puso en alerta al Delegado del Gobierno. El General Romerales en Melilla envió a una patrulla de la Guardia de Asalto para que realizara un registro en un acuartelamiento militar. Tras un “rifirrafe” en la mejor tradición de improvisación hispánica en medio del caos, el Alzamiento triunfó en Melilla 24 horas antes de lo previsto. Y sí, hubo muertos. Porque en las guerras de verdad muere gente, muchos de ellos sin comerlo ni beberlo. Pero, hay quien dice que en la paz también muere gente. Vamos, que aquí no se queda nadie.

Un buen video explicativo de lo que pasó por quien más ha estudiado los hechos, el escritor Miguel Platón:

El río Leteo y la musa Mnenosine

Mnemósine también era el nombre de un río del Hades, opuesto al Leteo, que era el del olvido. Las almas de los muertos bebían del Leteo para así no poder recordar sus vidas anteriores cuando se reencarnaban.

Sin embargo, los pocos, los escogidos, los iniciados eran animados a beber del río Mnemósine cuando morían, en lugar de hacerlo del Lete.

Para los griegos, pues de mitología griega hablamos, la diosa Mnemosine era la personificación de la Memoria. A la diosa también se le atribuye el poder de traer cosas a la memoria y al recuerdo (mneme) que poseen los hombres, y es este poder el que le dio el nombre que recibió».

El poder de la Memoria. La memoria del Poder

Y esto viene, amigos, por la intención de este gobierno social-comunista, amigo de las chekas, de los etarras y enemigo de nuestra historia. De la de España, y de las nuestras personales. Y como quieren perpetuarse en el poder, qué mejor para ello que reescribir el pasado para controlar el futuro:

Exacto, se trata de la “Ley de Memoria Democrática”, un auténtico despropósito jurídico, histórico y, en definitiva, el intento de enfrentar a los españoles para quedarse siempre en el poder.

Naturalmente, no lo van a conseguir. Honraremos nuestra memoria y la de los nuestros. De los que se fueron y de los que recogieron su herencia. No nos callarán.

Por eso, por la memoria de España, y por la de nuestros camaradas, continuaremos en la lucha.

Aquí va el “Yo tenía un camarada”:

Que es una versión española de la canción alemana «Ich hatt einen Kameraden», muy del agrado de Otto. No os la perdáis:

La certeza de la victoria no es segura. Nuestra voluntad de lucha por los ideales, nuestra dignidad y nuestra Patria, sí.

Otto.