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«Niñas, al salón, que vienen los socialistas»

Amici, camerati, compagni:

Cuando un escritor logra éxito tras éxito, representando la vida común de sus comunes, de sus compatriotas, vamos, podemos decir que ha “enhebrado la aguja”, lo que los intelectuales denominan el “espíritu de una época”. El “zeitgeist”, que decía aquel nacionalista social que fue el filósofo germano Heidegger, tan denostado por los rencorosos que se rasgan las raídas vestiduras de su pensamiento mediocre ante la grandeza de una mente superior.

La verdad es que para tratar el artículo de hoy de asuntos nasales, inguinales, me he puesto muy estupendo.

A lo que vamos. El autor, valenciano para más señas, novelista, dramaturgo, buen abogado y mejor patriota, que fue envidiado y odiado por la izquierda banalizante, fue don Fernando Vizcaíno Casas, con otros dos genios “incorrectos”, la peor pesadilla del Ministerio de Igualdad: Tip y Coll.

Aquí, una entrevista en la que él lo explica:

Lo que viene al caso es que Fernando obtuvo un gran éxito con algunas novelas suyas, que fueron también películas, del llamado “cine facha”, junto a Antonio Ozores, que filmó “Que vienen los socialistas”.

“Niñas, al salón…”

Creo recordar que, en mi callejera infancia, lo que se decía era “Niñas, al salón, que vienen los americanos”. Por americanos se entendía a los “boys” de la VI Flota, que bajaban de sus naves con muchas ganas de “tastar” el producto de nuestros barrios de tolerancia, antes llamados “barrios chinos”.

Y el “Chino” de Valencia, años 70. Aquí se averiguaba cual era la opción sexo-afectiva a base de “copazos y cuerpazos”, porque “Coñac Soberano, es cosa de hombres…”.

Afirmar cosas que fueron -y son ciertas-, hoy te convierte en imputado/investigado por la comisión del tipo penal de “delito de odio”, que es un gran invento del comunismo-progre e inquisitorial, ya que supone un claro indicio que tenemos más peligro que un capazo de bombas, y que el pensamiento machista, heteropatriarcal y racista.

Seguimos con la ficción. La novela y la película es un conjunto de historias, bastante tiernas, por cierto, alrededor de la vida de un “burdel” o casa de tolerancia, que intenta ponerse en marcha después de la caída del “Madrid rojo”. La moraleja resultaba evidente: prostitutas y clientes, son reales, existen, cobran y pagan, por gusto o por necesidad. Y todos, en cuanto personas, son merecedores de respeto. ¿Todos-todos? No.

No habrá paz para los hipócritas

El caso, como sin duda sabéis, viene por lo de las andanzas del “Tito Berni”, que era el azote de la prostitución, el hombre “aliade” que había sido ilustrado por el feminismo castrador del putero, como gran paradigma del “heteropatriarcado” que degrada a las mujeres. Pues ahí estaba “Tito Berni”, afilando el pizarrín, a cargo de los fondos públicos y convertido en una mescolanza muy castiza entre san Josemaría Escrivá de Balaguer, -en cuanto a lo represor del sexo mandamiento-

y las típicas andanzas de las “ratas facilitadoras” que tan bien se retratara en la zarzuela de “La Gran Vía”, aquella de “Yo soy el rata primero, y yo el segundo, y yo el tercero…

Coca, putas, viagra y cintas de video

Y es que los social-comunistas siempre han sido unos represores para los comportamientos de los demás, y unos fagocitadores de coca y otros productos “festivaleros”, para conseguir un estímulo que les permita avanzar en la construcción del “socialismo resiliente y agendista-30”.

Cualquier parecido con la realidad NO es pura coincidencia. Mirad qué pedazo de video:

Y es que a los socialistas siempre les ha gustado la fiesta, como a todos. Pero, a diferencia de los que se pagan sus propios “festivales en la nieve”, ellos lo hacen a costa del contribuyente, de tus impuestos, de tu trabajo.

¿El principio del fin o el fin del principio?

La frase es de Winston Churchill. Viene a explicar que “no hay que echar las campanas al vuelo”, pero que el ciclo “progre-socialcomunista-agendista” está cambiando. La prueba de ello es el clima que se respira ante un 8-M, con la parroquia-woke de la inquisición feminista dividida por la derogación de la ley del “sí es sí”.

El tema de los “diputeros” se ha convertido en veneno electoral, porque, camaradas, quedan menos de 3 meses para la contienda que puede/debe cambiar la hegemonía de los falsarios y su mensaje de “Cien años de honradez”, lema de las elecciones del PSOE en 1979.

Y volvemos otra vez con el profético Vizcaíno Casas:

Y acabo ya con un mensaje de felicitación al presidente Bukele, que ha conseguido acabar con el cáncer de las “maras”. Con la ley y su aplicación sin complejos, mediante un “estado de excepción”. Tomemos nota.

No he escuchado una sola opinión contraria excepto en la prensa progre. Me da que la seguridad y la vivienda van a ser claves en las elecciones y en el gobierno que después surja. Porque “obras son amores y no buenas razones”. Y el Estado se justifica por que proporciona seguridad y facilita la vivienda a la gente decente, no al “lumpenproletariado” que convierte la vivienda “social” en un ghetto de delincuencia, so capa de una “especialidad cultural” que solo es un “privilegio identitario de etnia”.

Ejemplo: barrio del Xenillet, Torrente.

Tal vez hoy, seguir el ejemplo de los “caudillos” de la Hispanidad es nuestra salvación ante una Europa decadente y suicida, que juega a alimentar una guerra entre hermanos (Ucrania/Rusia), al mismo tiempo que lloriquea por los “derechos humanos” de los delincuentes.

Saludos de Otto.