Amici, compagni, camerati:
Empezamos con Vinicius, alias “Pucheritos”. Como si de un nuevo “Tío Tom” se tratara, el de la cabaña, la novela lacrimógena de mediados del Siglo XIX,
donde un esclavo negro de los estados sureños de USA, más bueno que el pan, no tenía más que bondad para sus amitos blancos.
Sigo a la actualidad, que es que un tal Vinicius Jr, futbolista, 22 años, 4 millones de euros de salario, netos, más derechos comerciales aparte de su marca, más porcentajes de todo lo que huela a su negritud, se ha puesto muy triste porque le han dicho nosecuantas cosas malas, “tonto”, “negro”, y han hecho burlas de él haciendo el mono.
Y él, que es muy sufrido, se ha chivado a Florentino Pérez, el ser superior galáctico, dueño del Real Madrid. Y eso, claro, no puede ser. Se empieza haciendo el mono y se acaba organizando el “ku-klux-klan” en la grada de animación de Mestalla.
Porque claro, hasta ahí podíamos llegar, insultar a jugadores de fútbol profesionales que cobran millones de euros y se encaran con la grada y con los jugadores rivales.
Por eso, qué mejor que aplicarles a los aficionados el delito de odio, que para eso está, para impedir cosas “muy malas” que nos ha dicho Hollywood, la fábrica de sueños de la Agenda 2030.
Y Pedro Sánchez y las feministras, ante el silencio de los obtusos líderesos y lideresas autonómicos, deciden poner en marcha a las “Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” para que, tras una oportuna investigación científica, procedan a detener a unos presuntos “makermonkeys”, por hacer el mono y decirle “uh, uh, uh” a un provocador impresentable. Y así, enmanillados y todo, detenidos por todo lo alto, para la vergüenza de propios y extraños, se han llevado a tres chavales arrestados, que es como lo llaman los periodistas progres, influencia sin duda de las series americanas.
Tonto pelao, que te pican los mosquitos…
Todos los que tenemos cierta edad hemos sobrevivido a los insultos, a las burlas, a veces a puñetazos, a veces, normalmente, devolviendo con palabras y burlas las que nos hacían. Y no pasaba nada, aceptábamos algo que es perfectamente normal: la sátira, el sarcasmo, la burla, el derecho-deber a sentirse ofendidos y, en su caso, a ofender para defenderse. Eso sí, quien se “chivaba” al dire, o al jefecillo, sobre todo entre los chicos, se convertía en un apestado, porque no era de fiar. Y quien te advertía de las víboras melifluas (que en la actualidad serían los “derechitas cobardes” y cedistas-peperos del Vaticano 2), a ese, ese chaval, mucho honor, porque ese era nuestro camarada y no se chivaba, aunque le hubieran hinchado los morros en el patio.
Hoy hemos llegado a poner “policías de patio de colegio” en Cataluña y en las provincias vascongadas, muy pronto en Valencia, para que no se hable en español en España.
A esto hemos llegado con la “policía del pensamiento” de su Sanchidad, a generar el miedo, la paranoia y el delito de odio para “protegernos” a base de castigarnos y de realizar continuamente el chequeo de nuestras palabras, nuestros pensamientos, nuestras opiniones, nuestras comunicaciones… Todo, todo puede ser constitutivo de odio: por raza, por género, por discapacidad, por etnia, por clase social…, vamos, que se ciscan una y otra vez en la libertad de expresión en tanto en cuanto no les venga bien a los de la Sexta, la Ser, la Cuatro, la 5, etc…
Y yo me pregunto, ¿qué diferencia hay entre insultar a un tipo del equipo contrario o intentar amedrentarlo con un “haka”?, que es como hacer el mono, tal como hacen los maoríes.
Yo os lo diré, la diferencia está en el uso de los medios de comunicación para intimidar a los que se alejen del pensamiento único de la Agenda 2030, que prohíbe hacer referencia alguna a nadie de los que se hayan señalado como protegidos del sistema, básicamente, los foráneos, los alógenos, los homójonos, los cuales pueden incluso autoinsultarse, pero jamás ser objeto de crítica, aunque sus comportamientos dejasen mucho que desear.
“Gran Hermano” antirracista, antisexista, antifascista, antilibertad
Porque el susto ya se lo han pegado a los detenidos, los antecedentes policiales ya los tienen, sus nombres trascenderán, los expulsarán del Mestalla y, sobre todo, se harán correr el miedo a la Stasi-progre:
Y mientras la “Charocracia” del país “protegiéndonos” del racismo, el fascismo, la sequía, el cambio climático y el climatérico.
Pucherazos morunos
Aprovechando que el comandante Franco está de vacaciones bajo los luceros, las tropas de un Abdel-Krim-inal, están intentado conquistar Melilla a base de comprar votos a favor de unos impresentables socios del Pedrosanchismo y de Compromís:
Y es que los enemigos de España se juntan y revuelven en el lodazal. Aquí arriba tenemos al tal Aberchan, líder de Coalición por Melilla (detenido por la compra de votos), junto a los capullos de Baldoví y Ñoño Errejón, todos del proceso que va de “ternura”: SUMAR.
Lo del nombre de la coalición, eso de SUMAR, debe ser por lo de echar votos falsificados en las urnas para sumarlos a los de los pocos que les voten el próximo 28-M, vicio de las izquierdas cuando ven que van a perder las elecciones por su nefasta actuación antipatriota, cosa que también ha ocurrido en Mojácar, ya van varios concejales del PSOE detenidos, con el tonto de Bolaños, que se ha convertido en un auténtico gafe y, por tanto, en candidato al despido inmediato por su Sanchidad.
En fin, ya veremos como irán las elecciones el próximo domingo, pero creo que nos podemos llevar alguna pequeña alegría por las cosas “buenas” que pueden pasar, siempre que no demos nuestro apoyo gratis, nos pongamos en situación de “centinelas” de la Patria y sepamos distinguir a los chivatos y a los vendidos. Aquí bajo tenéis algunos ejemplares de ellos:
“A por ellos, que son de regadío”, que decía el general Cabrera.
Vuestro Otto.