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Corneta, toque a degüello

Camerati, amici, compagni:

En la gloriosa caballería española, el toque que mandaba el ataque, se llamaba “toque a degüello”. Aquí lo tenéis:

Este toque equivale al “no se hacen prisioneros”, originariamente un despiadado toque de tambor y/o corneta que ordenaba a las tropas propias la lucha sin cuartel, sin hacer prisioneros, cortándole el cuello de «oreja a oreja» a todo enemigo, aunque se rindiera. Originalmente, el toque era de origen musulmán, de los moros asentados en la naciente España. Más tarde, fue adoptado por la Caballería Española y, finalmente, exportado a Méjico. Yo lo escuché por primera vez viendo las películas “Río Bravo” y “El Álamo”, versiones del “toque” realizadas por el Hollywood de entonces, no el de ahora, que se dedica a perturbar la mente de niños y mayores a base de aplicar inclusividades, performaciones y demás desquicios de género, con sus sirenitas negras, gordas, sordas y lesbianas -Irene Montero dixit- los psicópatas sociales de la Agenda 2030.

Explotar la ocasión

Explotar la ocasión. ¿Qué quiere decir eso en política, que es la continuación de la guerra por otros medios?, pues ni más ni menos que no hay que dejar que el adversario, que ha caído a la lona y se levanta tambaleándose, pueda rehacerse. Es decir, que si hay que pegar en la “ceja abierta”, pues ahí deben dirigirse los “crochets”, los “ganchos”, los “directos”, “jabs”, etc, etc.

Porque si se deja tiempo, el adversario político, bélico, personal, lejos de practicar el noble arte del boxeo, según lo dispuesto por el noveno marqués de Queensberry, es decir, con caballerosidad, lo normal es que el rival aseste tremendo golpe inesperado, el que se recibe sin tener el cuerpo en tensión.

AUDACIA, SIEMPRE AUDACIA

Y eso es exactamente lo que hay que hacer por los recientes vencedores  ppvoxianos. Y eso es lo que ha hecho el felón de Pedro Sánchez con la convocatoria de elecciones anticipadas.

Ahora, se ha producido el que, posiblemente, sea el último cartucho del pistolero traidor: el que dispara por la espalda al bueno de la peli. Ciertamente, parece fruto de la desesperación, y algo bastante precipitado, pero así es la política: engaño, traición y golpes bajos. Porque la jugada, igual le sale bien, que igual le sale mal. Va a depender de la inteligencia de la “derechita cobarde”, o de los “sorayos”:

Y de la “derechita de los fachalecos”, de los “cayetanos” de “hazte huir”, tan prisioneros de los “tics” de señoritos del barrio de Salamanca y de la Moraleja, para entendernos.

El reto de jugar al mismo tiempo con el acuerdo, con la diferenciación entre socios mal avenidos -van a dar mucho espectáculo, ya veréis-, conjuntado con el desembarco en las administraciones y campaña electoral en las calles, va a requerir extraordinarias dotes de política con “finezza”, que decía Giulio Andreotti, el democristiano incombustible, que acuñó aquella frase de que “el poder desgasta a quien no lo tiene”.

23J: ¿Desafío final?

En el “eterno retorno” que es la vida política, nunca jamás está hecha la última acción ni dicha la última palabra. Nos lo dijo el Caudillo y así se inscribió en los muros y fachadas de España, junto a la Cruz de los Caídos y los mártires que del pueblo fueron: para que no se nos olvidara que la Nación que se duerme, se pierde.

Por eso, cara al próximo “desafío total” electoral, comprendamos que tan importante va a ser lo que pase el 23J, como lo que se empiece a hacer ya mismo, que debe ser una limpieza a fondo de la Administración, con todas las auditorías “de infarto” que sean necesarias, porque el juicio sobre lo que sean capaces de hacer los afortunados ganadores de la cucaña política, los cargos, prebendas y sinecuras, empieza ahora.

Termino con una foto de una concentración falangista y patriótica del año 1962, condena del “Contubernio de Munich”, en Valencia. Plaza del Caudillo:

En esa misma plaza, el catalanista Juan Ribó, festejaba su triunfo hace 8 años. Hoy, desconsoladamente, dice que “van a dar la batalla en la oposición”. Va a ser que no. La política es muy desagradecida con el caído y los propios, los que se han colocado en la lista electoral tras él. Ya le están deseando que vaya a cuidar nietos y cultivos urbanos y aproveche para consolar de las cuitas a Mónica Oltra y sus avatares penales.

Nosotros llevamos muchos años activos, vigilantes y, muchas veces, audaces, como los famosos arditi, predecesores de los “fasci di combatimento” italianos.

Y como los “arditi”, los “camisas negras”, con astucia, desde las sombras, sorpresivamente, seguiremos atacando a los que desprecian a la Patria.

Vuestro Otto.