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Macro mafia & moco mafia

Amici, camerati, compagni:

Imaginad que en un país de cultura occidental, altamente desarrollado, es decir, repartiendo “ayuditas” a “todo quisque” que la pida, cristiano, de la OTAN, es decir, bajo la égida y férula del gran campeón del mundo libre e inclusivo:

Ese país, camaradas, es, hoy, Holanda. Ayer fue parte de nuestro imperio, que todo hay que recordarlo para nuestra “Memoria Patriótica”:

Tercio “Cristo rey” desfilando en Valencia el 3 de mayo de 1939. En ambos casos la cruz cristiana siempre por delante.

El caso, camaradas, es que tras décadas y décadas de machaque ideológico, del “to er mundo e güeno” y “la tradición occidental y cristiana es fascista”, desencadenado a raíz del concilio Vaticano II, el golpe de estado curial, dirigido por el antipapa Pablo VI, sí, el que amenazó con la excomunión al Caudillo.

Hay que ser tolerante: te tiene que gustar por detrás, te tiene que gustar por delante

Al embate anterior, vino a añadírsele la famosa revolución sexual, cuya máxima expresión es la ideología “queer”: una mezcla de marxismo y perversión sexual. A todo esto, hay que añadir la destrucción del Estado-Nación, lo de Patria, aquello que enunció magníficamente RENAN,

O, como dijo JOSE ANTONIO: “unidad de destino en lo universal”, en el famoso discurso del Teatro de la Comedia, que se realizó el 29 de octubre de 1933. A ver si alguien con autoridad moral y mando en plaza organiza una conmemoración adecuada por los 90 años.

LA DESTRUCCION DE EUROPA

Tras las terribles guerras civiles europeas (también llamadas Primera y Segunda Guerra mundial), de las que salieron vencedores aquellos que menos la habían sufrido, y destruida la esencia moral de Europa-Occidente, interesaba que Europa no levantara cabeza, que las naciones europeas solo fueran vistas como gérmenes que podrían dar lugar a nuevos enfrentamientos. Por eso, básicamente por eso, comenzaron las políticas de extinción de la “Europa de las patrias”, para dar lugar a la “Europa de la burocracia y de las agendas”.

Y las “agendas” pretenden la “solución final” de los europeos, bien sea con plandemias o con grandes reemplazos, permitiendo una inmigración salvaje con la cara “buenista” de la solidaridad y caridad cristiana del vaticano II. Y, en especial, para lo que toca a este artículo, abriendo la puerta al Islam más salvaje, y, de paso, a la mafia que se esconde en las “no go zone”, o zonas a las que la policía ya no puede entrar porque se aplica la “sharía”, o ley islámica.

MACRO MAFIA = MAFIA MARROQUÍ

Todos estos, en gran coalición con los degenerados patrios, que venden la integridad y el alma de la Nación española, por no se sabe qué móvil perdido y hallado entre las sabanitas de Mohamed y sus “amiguitos del alma”, han generado un problema de orden público en la antaño perfecta Holanda. De tal manera que, hasta la mismísima princesa de “la vache que rit”, Amalia de Holanda, ha tenido que dejar de ir a la Universidad por las amenazas de la Mocromafia.

Es más, el primer ministro holandés ha dimitido por su incapacidad para imponer mínimamente la ley y el orden en un país que es la cuarta parte de España en tamaño.

España tampoco se salva, varios líderes de estos grupos han sido asesinados a tiros en la Costa del Sol. En Bélgica ocurre lo mismo, bandas que luchan entre sí para controlar el ventajoso negocio de la cocaína: tiroteos, asesinatos, ajustes de cuentas, actos a los que la policía no se había enfrentado nunca antes.

LA MOCO MAFIA

Mientras, aquí en España, tocaba el paripé de la investidura fallida -como todo lo que hace el PP-, tras los vanos intentos de Alberto Núñez Feijóo para pillar unos votos “aquí y allá”, los derechitos cobardes de Vascongadas y Cataluña, es decir, el PNV, antiguo protector de los etarras, y Junts, “junts per a furtar”. Y esta sesión fallida ha dado lugar a grandes momentos como éste:

Una diputada de ERC encontró petróleo en sus amplias fosas nasales. Pero si con esta marranería no hemos visto suficiente del nivelazo diputadil, llegó el matón de Valladolid:

Y, por último, pero no menos “importante”, la Yoli nos demostró que ella está hecha una “missilona”, una “cohetona”, y que se va a las estrellas con los ricos, porque tiene un “tipasso” increíble y la ropa le sienta fenomenal.

A mi me recuerda cada vez más a aquella insoportable “sabelotodo”, Valentina, de los Chiripitifláuticos (con todo el respeto a la actriz, por supuesto), siempre intentando controlar el comportamiento de los hombres, como si fueran niños. Exactamente igual que la Yoli.

Total, una pérdida de tiempo de un parlamento lleno de medianías, pelotas y chulos-chivatos, como el cromagnon de Puente y marisabidillas.

Camaradas, vienen tiempos difíciles, pero, por eso mismo, y haciendo caso a la advertencia china, serán desde luego muy interesantes. No nos olvidemos, pues tenemos la suerte de estar en el lado correcto de la historia, ni más ni menos que somos los herederos de toda la cultura occidental, de la que vale la pena, de la que no tiene complejos: Grecia, Roma, el Renacimiento, los descubrimientos científicos, la Ilustración incluso. En una palabra: Europa. Por consiguiente, nada de lamentaciones y jeremiadas, porque Europa despertará, ya lo está haciendo: Alemania, Hungría, Polonia, Bulgaria, etc.

Esta guerra la vamos a ganar con unidad, orden y aguante. Como lo hicieron las legiones romanas, los tercios, las falanges de los años 30. El enemigo tiene de todo: medios de comunicación, leguleyos, intelectualillos de cuarta división y dinero, mucho dinero. Pero, entre ese “de todo” le faltan dos cosas: la razón y la fuerza para defenderla. Y nosotros, patriotas de todos los orígenes, de todas las naciones, incluso de todas las tendencias, las tenemos.

Parafraseando al coronel Moscardó, cuando se le conminó a rendir la plaza que defendía: Ni Europa ni España se van a rendir. El espíritu prevalecerá. Fe absoluta en la victoria.

Y no se rindió, lo que posibilitó la mítica frase ante las tropas que lo liberaron, columna de Varela, dos cruces San Fernando: “Mi General, sin novedad en el Alcázar”.

Película completa, aquí:

Vuestro Otto.