Amici, camerati, compagni:
Han pasado 90 años del discurso de José Antonio, que fue el 29 de octubre de 1933. Y no quiero dejar de lado la conmemoración de la mejor manera: reproducirlo; aquí entero, leído por un camarada, Dionisio Torres Gil:
Prietas las filas
Algún depresivo, de esos que piensan que por quejarse más las cosas se van a arreglar, añoran un pasado que, el paso del tiempo ha embellecido. Y sí, tengo que daros la razón, fueron tiempos de espíritus nobles, incluso de enemigos mucho más nobles que los actuales. Pero los tiempos de opulencia, ya sabéis, crean hombres débiles, disolutos, únicamente preocupados por una seguridad que, otros, los que componen el “Estado del Bienestar”, tienen que asegurarles, porque les parece bien a ellos mismos, que son los del IBEX-35. El caso es que se perciben tiempos tormentosos, tiempos en los que los principios del nacional-sindicalismo, del patriotismo que no olvida a “la fiel infantería”, a los de abajo, está llamado a renacer.
Por consiguiente, los enfrentamientos entre camaradas jamás pueden volver a producirse. Allá en el lejano 1976, las peleas por ver qué segmento o sensibilidad era el más puro, alejándose de los postulados de la realidad política, produjeron un enfrentamiento cainita de los que debían haber sabido cantar y mantener “Prietas las filas”.
Y esto no se va a volver a producir. En España y en Europa, aunque los medios de comunicación lo intenten ocultar, el renacimiento de una cultura europea hija de Grecia y Roma, vuelve. Y con más fuerza que nunca.
Y en un día como hoy, la canción de amor y de guerra, el “cara al sol”, debe llenar nuestros corazones. Y, ¿quién mejor que la interpretación de Miguel Fleta, el tenor falangista para cantarla?.
Y, ánimo, que el mañana nos pertenece.
Vuestro Otto.