Con mi edad, y a lo largo de tantos años en política, ocurrió lo que ocurre frecuentemente: La aparición de una estrella fugaz que de repente acapara el espectro del populismo nacionalista y aparece como la más brillante de la noche. Ocurrió con Juntas Españolas, con el Frente Español, con PxC, con Hogar Social Madrid, así como otras múltiples de menor intensidad, hasta la enorme estrella de VOX, que eclipsó las existentes e incluso hizo disolverse a muchas de ellas.
Con el tiempo no nos dejamos deslumbrar por los brillos y sobre todo tenemos en consideración la valía y la trayectoria de las personas que conforman el proyecto.
Por su forma de actuar sabíamos que VOX no era lo que esperábamos, ni sus dirigentes tocaban en la misma sintonía que nosotros. Con el tiempo hemos comprobado que teníamos razón, y ahora VOX es un partido en declive, con disensiones internas, con desacuerdos y con una ideología confusa, excepto cuatro frases repetidas, copiadas del social patriotismo anterior.
Independientemente de todo ello, nosotros nos mantenemos firmes con nuestros principios, aglutinamos a los que no se han dejado encandilar por los cantos de sirenas o por un puesto remunerado, y seguimos trabajando honesta y humildemente en política en defensa de España y de los derechos de los españoles.
Vendrán tiempos mejores, como todos los ciclos, en los que aquellos que hemos mantenido la fidelidad a unos principios, aunque con diferentes siglas, podamos vertebrar un movimiento lo suficientemente fuerte para incidir en el futuro.
Mientras tanto hacemos lo que tenemos que hacer: mantener alzada la bandera con orgullo e hidalguía.
José Luis Roberto, presidente nacional de España 2000.