La elecciones alemanas en tres “länder” han traído una sorpresa: la irrupción imparable de la formación “Alternative für Deutschland” (Alternativa por Alemania).
Desde España2000, Plataforma por Cataluña y el Partido por la Libertad saludamos el triunfo de esta agrupación que tiene el “inconveniente” de señalar los errores garrafales del gobierno Merkel y que, por si fuera poco, da voz a miles de alemanes que no tiene voz entre los partidos homologados, bien sea la extrema derecha de la CDU o los comunistas. Alternativa por Alemania ha denunciado las medidas suicidas para la acogida de refugiados, la política antinacional -y en el fondo antieuropea- de Bruselas y el fracaso general de los partidos tradicionales.
Curiosamente, en vez de reflexionar acerca de por qué cientos de miles de alemanes votan a AfD, por todas partes, entre los medios de comunicación, en Alemania y aquí, florece una cháchara acrítica que pretende hacernos creer que, de repente, todas estas personas se han vuelto odiosas, irreflexivas y fanáticas.
Nos dicen que “Europa ve con preocupación…”, que “Alemania contempla con miedo…” la llegada de un aire fresco de ruptura a la enrarecida política alemana. Este aire, por si fuera poco, NO es de la izquierda. Por supuesto, los que así hablan no tienen ningún derecho a manifestarse en esos términos.
Y es que en realidad, los que andan preocupados son los eurócratas, la plutocracia, los intrigantes internacionales que crean guerras y conflictos donde no los había y, en definitiva, los que viven literalmente de la política en vez de entender la política como servicio. Ellos no son “Europa”, ni “Alemania” y no representan, desde luego, a ninguna de las dos. Incluso la Iglesia católica alemana, completamente a la deriva, se ha visto arrastrada a una polémica en favor de lo políticamente correcto.
Ante ello, nos felicitamos por este triunfo. Vemos cada vez más claro que algo se mueve en Europa. En todas partes, a los partidos del “establishment” les sale alguien respondón. Ellos pueden, naturalmente, ignorarlo o apelar al “fanatismo”, la “xenofobia” y demás. En su arrogancia son incapaces de entender que algo no está funcionando y que la gente lo percibe.
Mientras tanto pretenden convencernos de que la democracia solo es tal cuando se vota a los de siempre. Peor para ellos. Solo esperamos que su estulticia no nos arrastre a todos en su caída. Un mañana distinto se anuncia en el horizonte.