Amici, camerati, compagni:
Recuerdo cuando se implantó el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. ¡Qué bonito parecía que iba a ser todo!, incluso hubo unos “Pactos de la Moncloa”, auténtica merienda de negros partitocrática, que sirvió, entre otras cosas malignas, para que se diera el pistoletazo de salida a un régimen de terror fiscal, además de procurar la disolución de un Estado unitario, fuerte, mínimo y eficaz, cosa que, por lo que padecemos, están consiguiendo, “de la ley, a la ley”, como decían los felones de Torcuato y Adolfo, traidores a sus “ideales” y castigados en sus vidas de formas diversas, porque, como dice el refrán español, “Dios castiga sin palo ni piedra”.
Porque, sin la capacidad infinita de chupar la sangre de los ciudadanos, de los vampiros de la “Agencia Tributaria Draculiana”, bien sea del maligno Montoro, o de la retarded, doña Marisú, el aparataje ideológico funcionarial, mediático y, simplemente, delincuencial, no sería posible. Si lo es, no es por magia, es a base de los impuestazos por parte de la manada de Aliens: “Hacienda Madre del Estado” y las “hijitas-hacienda” de las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Diputaciones, Cabildos, etc, etc, que funcionan como la “Alien-Madre” respecto a los “huevos de las hijitas-alienitas-autonómicas”.
Mirad en qué se gastan la pasta, nuestra pasta:
Es decir, que sin las cantidades de impuestos que nos sacan, sería imposible establecer un sistema de dominación “soft”, cada vez menos “soft”, basado, fundamentalmente en la casta política, también llamada partitocracia, que es una aplicación de la famosa “ley de hierro de la oligarquía”, al mundo de la política, por parte de Robert Michels,
concepción de política que, unida a todo lo anterior, camaradas, ha dado lugar al llamado “régimen del 78”, que es como una especie de merienda de negros a costa y cargo del contribuyente español y en detrimento del sentido de Patria y sociedad civilizada, es decir, Occidente.
La partitocracia nos roba
En efecto, camaradas, hemos pasado del Estado de Bienestar -el “welfare state”-, que requería una sociedad en la que la inmensa mayoría de sus componentes trabajaba y aportaba al bien común,
a un “bienestar del Estado”, es decir, de la casta, de los partidos políticos y sus aliados (mass media, sindicatos, jerarquía eclesial, funcionarios, etc), en donde cada vez más casta parasitaria vive de los que siguen aportando al bien común.
El ordeño de la Renta 2022: “Ya están aquiiii”
Y es que la presión fiscal en España está en máximos históricos y por encima de la media de la UE.
Ingresos tributarios récord en 2022 y 2023, muy por encima del crecimiento del PIB. La recaudación tributaria superó los registros históricos, cifra que se pretende incrementar, ya que los ingresos tributarios presupuestados para 2023 superan las cifras de 2019, en casi 50.000 millones de euros, lo que representa un 23,4% de incremento, mientras que, en el mismo periodo, el PIB se ha incrementado en un 11,5%.
Mientras, el abismo de la quiebra de las pensiones, junto al deterioro evidente de la sanidad pública, la educación pública, y la vivienda pública -que ni está, ni se la espera-, aviva el sentimiento de que al españolito le están desplumando y se lo van a comer como los caníbales a los exploradores blancos. Será porque es su cultura y nosotros “semos culpables” de blanquidad.
Insumisión fiscal
Tal y como sucedió en la guerra de independencia de los EE.UU contra Gran Bretaña, y España fue a favor de los EE.UU: así nos lo pagaron en 1898, se alza en todos los países los denominados “libertarians”, o “libertarios” en español, nada que ver con los “anarcos” tiñosos que nutren el movimiento “antifa”. Los libertarios son los que rechazan la intromisión en nuestras vidas del Estado, dominado por la casta política, no por los más válidos de entre los mejores. Y esto es porque la cesión al Estado de nuestras vidas, a cambio de la garantía de un cierto bienestar, se ha demostrado con esto de la plandemia como un proceso de control social de la Agenda 2030.
Y como refleja la viñeta anterior, un cierto “trasvase” de los meramente libertarios son acosados por los impuestos, los “black lives matter”, los “veganos”, “lgtbis”, etc, a los movimientos patrióticos.
Por eso, no nos debe extrañar la aparición en nuestras manifestaciones, de la primera bandera de los rebeldes americanos, la de Gadsden, un movimiento revolucionario patriota americano de 1776 que venía a significar que “si me pisas, te pico”, o, el más castizo “no me toques los huevos, que te jodo”, con una serpiente de cascabel, tan comunes en aquellas tierras, y cuya picadura es mortal.
Termino con algo más de los “patriotas americanos”, nada que ver con los “mischling” actuales, y es con otro símbolo del nacimiento de aquella nación, la bandera de Benjamín Franklin, el de los billetes de 20 dólares.
La leyenda dice: “únete o muere”, referida a las antiguas colonias americanas. Entre nosotros, la simbología es clara. Viene de los Reyes Católicos y sirvió para la Unidad de la Nación Española y para la creación de un Imperio. Así, que, “En pie camaradas, a cantar la mirada clara, lejos…”:
Vuestro Otto.