En esta sociedad saturada de información la memoria colectiva de los sucesos es frágil, y muy manipulable.
Existe cierta polémica sobre el actual salto de Gibraltar a la palestra, y sobre las verdaderas motivaciones del Gobierno para haber iniciado este aparente cambio de estrategia respecto al Peñón.
Es muy recomendable realizar un repaso a la hemeroteca sobre esta temática durante los últimos 35 años, para comprobar como Gibraltar se ha utilizado por unos y otros (políticos de izquierda y derecha) de manera deshonesta para engañarnos a todos los españoles.
El PSOE abrió la famosa Verja en 1982, tras haberse mantenido cerrada durante 13 años. Sin embargo, el PSOE no era más que un recién llegado al poder que simplemente ejecuta lo designado e iniciado por UCD (predecesor del PP), que en el fondo no es más que lo impuesto por unos organismos supranacionales a los que se quiere complacer en ese momento: OTAN, y sobre todo, la Comunidad Económica Europea.
Hasta ese momento se nos cuentan películas que harían palidecer al mismísimo Berlanga, como que si Gibraltar no se devuelve a España nos saldríamos de la OTAN, que había que meterse a la OTAN y a la CEE para que no regresara el franquismo, que la apertura de la Verja posibilitará que el paro se reduzca en una de las zonas con mayor paro de España (Campo de Gibraltar), y en mitad de este auténtico esperpento, sorprenden declaraciones de un PSOE en la oposición en las que proclama “la indiscutible españolidad de Gibraltar, Ceuta y Melilla”.
En lugar de afrontar la negociación mediante la adopción de una postura firme, esto es, una postura que nos permitiera negociar de forma ventajosa para conseguir nuestros objetivos como nación, los sucesivos gobiernos han mantenido una postura sumisa y obediente a lo que les han ido mandando desde Bruselas, Londres, Washington y Estrasburgo.
Lo tuvimos a huevo para haber recuperado el Peñón, esa es la gran pena; y una de dos, o nuestros gobernantes eran muy tontos, o su integridad moral deja mucho que desear. Pensemos que China, sin pertenecer a la OTAN, ni a la CEE, ni a la UE, ni ser una democracia, logró de una forma pacífica la devolución de Hong Kong por parte del Imperio Británico en 1997.
Fuimos la casadera más cortejada, un objeto de deseo geopolítico por ser un país no alineado, un mercado emergente recién llegado a la democracia, en un contexto histórico en el que incluso China nos planteó una postura común frente a Reino Unido. Pensemos que pudimos forzar la negociación metiendo la Guerra de las Malvinas por medio… pero no. Actuamos como serviles lacayos que incluso detuvieron el intento de sabotaje en Gibraltar de un comando argentino.
Uno de los acontecimientos que mejor ilustra esta falta de soberanía y criterio propio por parte de nuestros gobernantes, se produce cuando el ejército británico abatió a sangre fría a un grupo de miembros desarmados del IRA en Gibraltar (es decir, en lo que debiera considerarse territorio de España). Ante un acontecimiento que podríamos calificar como mínimo de impactante, el entonces Gobierno del PSOE prefirió mirar para otro lado, quién sabe si por sumisión, o para que Londres no destapase su red mafiosa de los GAL.
Fueron pasando los años, y Gibraltar se consolida como centro internacional de blanqueo de dinero, y refugio de bandas mafiosas que operan en España, y a grandes rasgos, la postura oficial sobre el Peñón se mantiene dentro de una trayectoria vacilante, hasta la llegada de ZP. El tándem Zapatero-Moratinos pasará a la historia por haber realizado una de las gestiones más nefastas respecto a Gibraltar, al haber practicado lo que de facto fue, una rendición incondicional ante la mayoría de las pretensiones inglesas.
¿Y ahora qué? Ahora es el momento de recuperar el tiempo perdido, y de actuar con firmeza. Desconocemos si la motivación del PP ha sido patriótica, económica, electoralista, o difuminadora de escándalos. No hay que ser sectarios, y hay que reconocer las acciones buenas las haga quien las haga, y al igual que el Gobierno de Zapatero hizo cosas buenas como la primera visita en la historia de la Democracia del Jefe del Estado a Ceuta y Melilla, aquí debemos alegrarnos por haber avanzado hacia una postura de soberanía nacional.
Eso sí, en consecuencia, el Ejecutivo de Mariano Rajoy debe ser consciente de su gran responsabilidad, y actuar en consecuencia, realizando el cierre inmediato de la Verja. La no realización de esto en un plazo razonable de tiempo, nos llevaría a pensar que todo esto no ha sido más que una nueva tomadura de pelo a los españoles por parte de otro Gobierno oportunista. Atentos a los acontecimientos.
Jesús Domínguez