La entronización de Felipe de Asturias por la abdicación por sorpresa de su padre (Espantada que dicen las malas lenguas) ha sido rápida y casi de tapadillo. Parece que han podido las amenazas del partido “Podemos” (versión cutre del We can de Obama) movimiento ultraprogre promocionado por la oligarquía mediática de la izquierda divina española, esa formada por ricos y artistas que dictan lo que hay que pensar y lo que hay que decir al pueblo. La monarquía no es una excepción y ha preferido congraciarse con la “Intelligentsia” progre que domina desde hace 30 años.
Aún con todo este disimulo, a los observadores atentos, la entronización o proclamación del nuevo rey, ha dejado algunos símbolos preocupantes:
- La supresión de cualquier símbolo religioso de la ceremonia: hay que recordar que la monarquía española es una monarquía católica, esto no lo decimos por ningún tema de fe sino porque gran parte de nuestro acontecer histórico como Estado-Nación ha estado ligado a la religión católica, independientemente de las creencias de cada uno esto se ha configurado como una religión de estado y cultural nos guste o no.
- La ausencia casi total de protocolo exterior como si no se quiera ofender a la población republicana o simplemente separatista. Sin rito y boato la monarquía pierde su sentido, es la representación y la ostentación de manera ritual de los símbolos del estado lo que la justifican, es decir la monarquía tiene la función fundamental de ser un símbolo de la unidad y permanencia de la nación, la relaciona con la continuidad histórica. Este estado lleva más de 30 años negándose a sí mismo y esto no ha sido más que un nuevo episodio.
- La bandera real ha suprimido la Cruz de Borgoña símbolo militar por excelencia y el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, esta supresión indica simbólicamente de lo que se va a prescindir en este reinado: del pasado de España y de su vertebración.
Esta ceremonia rompe en definitiva con cualquier otra coronación de nuestra historia y nos lleva en el camino nihilista que ha emprendido la clase política española al que con ayuda de la oligarquía está arrastrando al conjunto de la sociedad.
El reinado de Juan Carlos según autores como Castro-Villacañas y Javier Barraycoa se configuró apoyándose a partir de Suarez en 2 fuerzas provenientes del antifranquismo (PSOE y separatistas) para dotarse de una nueva legitimidad. De la hegemonía de estas 2 fuerzas ha resultado una España en una grave crisis moral y política.
De este régimen progre-oligárquico han surgido el fenómeno de “Podemos” y de ERC, que hubieran sido inexplicables sin el poder omímodo que han disfrutado progresistas y separatistas en los medios de comunicación , que han reducido la simple exibición de la bandera de España a una acto poco menos que fascista. Esto es lo que ha conformado el régimen juancarlista y lo que han visto las nuevas generaciones educadas en él es junto a la conformación de una oligarquía mediática de corte radical-progresista tenemos el coctel perfecto para la llegada al poder de cualquier iniciativa de este tipo.
Los guiños que hubo durante el discurso de Felipe VI, discurso, por lo demás un conjunto de vaguedades y lugares comunes del régimen del 78, a las fuerzas secesionistas indican a las claras que un gran “Apaño” en esta materia se perfila en el ambiente, con la generalización del concierto económico a Cataluña y la instauración de una España a 2 velocidades (catalanes y Vascos de primera y el resto a aguantar). Este es uno de los temas en los que este nuevo rey va a perfilar su mandato (una nueva vuelta de tuerca): la transformación de nuestra vieja nación en un conglomerado a lo “Commonwealth” con la concesión de un estatus privilegiado a Cataluña de nacioncita. Felipe VI ya ha hecho suficientes guiños a esta nueva situación y posibilitará el gran enjuague que está preparando Mariano Rajoy, este acuerdo se ha preparado en las oficinas de la patronal catalana y vine a ser una independencia de facto aunque sin la ruptura de la unidad de mercado (es decir los negocios), en este enjuague de una independencia de facto para las oligarquía catalana la figura del rey se hace indispensable para hacer tragar esta traición al pueblo español y a las FAS, SIN EL CONCURSO DE Felipe VI no llegarían tan lejos.
La visita de los actuales reyes al Vaticano ha supuesto una continuidad en este aspecto, Leticia fiel a su estilo “Prisaico” ha decidido presentarse ante el Papa vestida de coctel, eso ni las más conspicuas socialistas se atrevieron. Eso sí siguiendo ese estilo progre la visita a Marruecos se cubrió para no ofender a los creyentes, como se ve se siguen las pautas mundialistas de ofender la religión que ha estado en Europa los últimos 1.500 años y que ha conformado nuestra nación y se pliegan a la multiculturalidad y al enemigo islámico. En este sentido que realicen su primera visita de estado a Marruecos indica a las claras que los intereses de las grandes empresas como Telefónica las constructoras o las empresas agroalimentarias etc. permanecen donde están y usan la monarquía como tapadera de sus intereses.
La recepción a las asociaciones LGTB antes que a las víctimas del terrorismo indica a las claras cuales son las prioridades de su reinado, lo políticamente correcto y la izquierda underground serán las prioridades de este matrimonio que alguien definió como aburridos burgueses que compran en Ikea.
Este giro a la izquierda proveniente de la reina Letizia conocida por sus querencias progresistas, no son nuevas por lo demás. El reinado de Juan Carlos de Borbón se ha caracterizado por la componenda y la coyunda perpetua con socialistas y separatistas y la marginación de la población conservadora. Esta población con su sempiterno voto a un partido del consenso progre como el PP se ha ido anudando la soga al cuello, creemos desde nuestro movimiento que tienen lo que merecen y lo que han votado.
Manuel P.