Camaradas:
Me propuse la semana pasada escribir algo sobre Luis García Berlanga, nacido en Valencia, año 1921, para intentar paliar la masiva y oficializada operación de “enrojecimiento” del posiblemente mejor cineasta español del siglo XX, y por lo que se ve, del XXI. Y lo voy a hacer, pero sin perder de vista la más candente actualidad, que es lo que manda.
“La Generalitat declara 2021 como Año García-Berlanga”.
Un Berlanga incómodo (para los rogelios)
Me imagino que ya sabréis, como buenos patriotas que sois, que Berlanga fue divisionario:
Luis García-Berlanga Martí procedía de una familia de bienestantes de Camporrobles, muy cerca del pueblo natal de José Luis Roberto. Vamos, que eran ricos por su casa.
En cuanto a su padre, formó parte del llamado Partido Radical de Lerroux y, más tarde, a Unión Republicana, el pequeño partido de izquierda burguesa, moderados. El mismo García-Berlanga contaba: “Y así fue que cuando llegó 1936 mi padre estaba en Unión Republicana, en el Frente Popular. Pero resultaba que era muy perseguido por los anarquistas, a causa de no recuerdo qué follones en Utiel y en Requena, por lo que no le quedó más remedio que huir de Valencia para salvarse de la persecución. Y se fue a Tánger, donde vivió un año, hasta que le detuvieron los nacionales”, por haber sido diputado republicano.
García-Berlanga afirmó que su decisión de alistarse en la División Azul vino motivada en buena parte por sus amistades juveniles: “la mayor parte de nosotros éramos hijos de gente muy vinculada al poder en Valencia, la mayor parte de ellos pertenecían a la Falange”.
En cualquier caso, García-Berlanga repetía ante su biógrafo Gómez Rufo –
que en su juventud detestaba a gente como Azaña y Gil Robles. “En cambio me gustaba la personalidad de Prieto y esa otra personalidad acompañada de un aura de violencia, de romanticismo, de José Antonio Primo de Rivera”.
Prueba del talante falangista llegó a reflejarse en la “recomendación” que para alistarse en la División Azul le expidió el jefe de Falange en Valencia, Salvador Tomás Agulles, donde se leía: “El camarada Luis García-Berlanga Martí, perteneciente al SEU de Valencia, está considerado por esta Jefatura Provincial persona afecta y entusiasta, e idónea por lo tanto para poder marchar a luchar contra el comunismo. Por Dios, por España y por su Revolución Nacional Sindicalista”. García-Berlanga regresó de Rusia en julio de 1942, y le tocó presentarse en un cuartel a hacer “la mili”, pese a que había estado en la División Azul, e incluso más tarde, ya licenciado, fue vuelto a movilizar, según él, “por el asunto de los maquis” (págs.. 120 a 122 del libro de Gómez Rufo).
En todo caso se le concedió -a su demanda- la condecoración conocida como “Medalla del Invierno 1941-1942”, instituida por el Alto Mando alemán para premiar a los que habían combatido en Rusia.
Berlanga cineasta:
En 1951 García-Berlanga entraba de pleno en el mundo del cine con “Esa pareja feliz”,
formando equipo con Juan Antonio Bardem.
Dada la indudable caracterización de este último como militante comunista, que intentó desde luego adoctrinarlo en la ortodoxia marxista. Gómez Rufo recoge en su libro (Pág. 37) un texto donde Bardem confiesa que sin embargo, pese a poner en ello todo su empeño en el año 1950, nunca logró convencer a García-Berlanga de las bondades del marxismo.
Como destacado “franquista” entre sus amigos, al único que cita ante Gómez Rufo es a su paisano, el abogado y prolífico escritor Fernando Vizcaíno Casas.
¡Cuánto me hubiera gustado asistir a esas comidas de gente excepcional a toda esta caterva de “progres” desorejados que viven de subvenciones sacadas de nuestros impuestos para fomentar el odio a España y a la inteligencia!.
La guerra cultural en el cine español:
Con todo, la imagen que acabó consolidándose fue la de que García-Berlanga era un “hombre de izquierdas”, y él se defendía con razones de índole estrictamente económica: o les daba un “toque social” a sus películas o se le cerraba el paso a cualquier tipo de trabajo.
Posteriormente Berlanga relató cómo la mafia comunista que actuaba infiltrada dentro del Régimen, le impidió trabajar durante seis años en España, saboteando sus proyectos, además de someterlo a un acoso terrible, llegando a influir en los responsable del Festival de Cannes que le dieron literalmente la espalda cuando Berlanga se dirigía a ellos para saludarlos. No obstante, jamás fue un “arrepentido”, ni un “converso” y si pudo hacer un favor a antiguos camaradas del cine les ayudaba con papeles que desempeñaban a la perfección.
En la foto: Fernando Sancho, un actorazo, en la película, «la Vaquilla». Un gran patriota ya fallecido. Yo lo recuerdo haciendo siempre de mejicano malote. La progresía vengativa le hicieron pasar las de Caín una vez muerto el Caudillo. Un homenaje cinéfilo aquí: https://www.dailymotion.com/video/x26et2t.
La carabina de Ambrosio.
El “gancho” que he usado para titular el artículo ha sido la foto de Saza, de la “Escopeta nacional”, berlanguiana, interlineando el significado con lo que ha supuesto el error mayúsculo de los “genios” de la Moncloa, los “Fouché” de opereta, los Rasputín de “todo a cien” que van de supergenios ocultos detrás del gobierno del Mulo de la Moncloa. Me refiero a la parejita Iván Redondo/José Luis Abalorios, la Lastrona y el Salazar.
El caso es que, como sabéis, han intentado derrocar un gobierno PP-Ciudadanos en Murcia, pero no han contado en la operación con lo que se llama “el factor humano”, es más, con el “factor humano femenino”.
El caso es que la torpeza de unos Ciudadanos más “veletas naranjas”” que nunca puesta a disposición una agilidad killer de una mujer, Isabel Sánchez Ayuso, que no parece de la “derechita cobarde”, parece que van a dar un vuelco al clima político del país tras lo que parece un pronóstico triunfal de las fuerzas conservadoras en Madrid. Esto lo veremos el día 4 de mayo porque el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dicho que, de momento, la convocatoria de elecciones bien convocada está.
El caso es que, una vez más, ese “factor humano femenino” -recuérdese a Eva en el Paraíso y su tentación manzanil-, ha puesto patas pa,rriba el tablero.
Y a mi me gusta cómo pinta la cosa. ¿Qué enseñanzas debemos entresacar la gente patriota? Pues que hay que estar preparado siempre y que la fortuna ayuda a los audaces.
Acabo ya con una cancioncilla de un grande de la canción italiana, Renato Carosone, y su éxito de los 50-60: IL PERICOLO NUMERO 1, la DONA.
Se usó como “jingle” comercial por el Corte Inglés, y es que ellos son los que más saben el “pericolo” que supone una “dona” con una tarjeta del gran almacén patrio.
Vuestro camarada, Otto.