Categorías
Artículos

La madre, la patria

Camaradas:

En los albores de la naturaleza humana, cuando los principios de la vida se intentaban comprender, convertirlos en lenguaje, en símbolos mágicos de la permanencia de la especie, surgió la Idea de la Diosa Madre.

Lo femenino -la mujer, la madre-, explicaría, según algunos, la máxima importancia de la figura religiosa, antropológica y cultural que la figura de la Virgen María -madre de Jesús, en definitiva, madre de Dios-, alcanza en todas las sociedades occidentales, de matriz -valga la redundancia-, mediterránea greco-latina, cristiana. Vamos, la nuestra.

Tanto es así, que la figura de la madre generadora de vida, se representa en el arte, la canción, el mito que, a los hombres-hombres, nos envuelve, fascina, cautiva para dar la vida porque de ellas la recibimos.

Salve Rociera para la Más Grande, en su entierro. Con la bandera de España.

Impresionante. Como dice el tango, “se me salta un lagrimón”. Y maldigo a los mercaderes de las emociones de casquería y audiencia.

De las madres generación de vida, a la degeneración de la vida de las madres.

La cosa es que, fomentada la guerra civil entre sexos, contra la naturaleza humana, por lo que se ha dado en llamar “ideología de género”.

Básicamente se trata de destruir la esencia de la naturaleza humana, de la civilización, de los afectos y, en definitiva, de cualquier atisbo de sensatez, para colocar a toda la sociedad bajo el dominio de los globalistas, los nuevos  “Sabios de Sión” .

Un poco de Historia…

Este cáncer social viene del marxismo y es una transposición de la teoría de la “lucha de clases”, a la “lucha de sexos”, pero no en plan simpático, como en la película “La costilla de Adán”:

Os la recomiendo de corazón, tiene escenas que hoy provocarían disturbios y cancelaciones por agitación bollo-feministas.

Resulta obvio, que el odio que se genera no es lo mejor para que la familia entre hombre y mujer, con deseo de protección mutua y cuidado de la especie. Antes al contrario, la caída de la natalidad, provoca “huecos” en las cohortes de nacionales, siendo sustituido por las “importaciones”, estas sí más que suficientemente ayudadas.

Curiosamente, entre los ejércitos islámicos invasores no se permite ninguna “ideología de género” -es más, la lapidación de adúlteras sigue formando parte de su “cultura”-, lo cual no se encuentra en contradicción con la alianza para destruir Occidente.

En fin, como queda demostrado, no proteger la maternidad, es más destruir por todos los medios a la familia tradicional, es el ariete que usa la izquierda progre, de forma sibilina, para destruir nuestras propias vidas.

Honor a la mujer que lucha por su familia

Por eso quiero terminar este artículo con un homenaje a Mercedes Sanz Bachiller,

una mujer valerosa, independiente y firme, esposa y viuda que fue de Onésimo Redondo, fundador con Ramiro Ledesma, de las JONS, y caído que fue en julio de 1936, luchando en el Alto del León, como lo que fue. Mercedes, lejos de quedarse quiera como una “viuda del Régimen”, disfrutando de la victoria, acometió una obra social sin parangón.

Así la describió Dionisio Ridruejo:            

   «Cuando me instalé en Valladolid Javier Martínez de Bedoya trabajaba ya con Mercedes Sanz en la dirección del que aún se llamaba “Auxilio de Invierno”. La idea había surgido a través de una relación que desde la muerte de Onésimo había sido asidua, que ya antes tenía la forma de una buena amistad. Mercedes y Javier se complementaban porque no se parecían, salvo en la pasión por la empresa política. Mercedes era directa, vehemente, y, tanto corporal como anímicamente, la imagen del fresco impulso natural y de la energía. Era una mujer morena, de voz y ademanes algo patéticos, fuerte, con una belleza que el luto y la austeridad un poco anticuada del aliño ponían en su mejor punto. Tenía un rostro ancho, un cuerpo firme, unas manos muy expresivas que parecían asir y conformar sus propias imaginaciones».

Una vez más, con Ramiro, con Onésimo debemos recordar el porqué de la necesidad de recordar siempre a la Patria, a la Madre Patria, para que los humildes no sean pisoteados por los mangantes que usurpan su defensa y esconden sus privilegios e infamias:

Vencimos y venceremos porque no permitimos que se trunque la vida y el futuro de un niño, ya que aunque pueda parecer pequeño, indefenso y frágil como una culebrilla, en el futuro, con el cuidado de una familia, de una madre, podrá convertirse en un dragón.

Vuestro Otto.