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El chuletón de Rasputín

Amici, camerati, compagni:

Empezamos por Rasputín.

Conocido también como “el Monje Loco”, Grigori Yefímovich Rasputín (1869-1916) fue uno de los personajes más emblemáticos de la historia. Un sanador místico, un brujo y un profeta. Trabajó como consejero del último zar de Rusia, Nicolás II, y su papel fue determinante para la caída de los zares. La canción inspiradora setentera y baila:

Y este es el “Rasputín”, que acaba de ser defenestrado por el “Chuletón” de la Moncloa:

El caso es que ha caído, junto otros personajillos a los que hemos dedicado algunos denuestos, hasta que los del club Bildberg nos lo permitan -hola, Mark Zuckerberg, el Antifa-cebook- ¿nos vais a censurar ya, y no para un rato, sino pa,siempre?

Bueno, a lo que iba, parece ser que la “razón” de la caída por el barranco de Redondo ha sido la ideíca de crear una nueva Secretaría de Estado, bajo supervisión directa de Presidencia y del propio Iván, que sirviera para potenciar la marca España y coordinar los intereses de los inversores extranjeros en nuestro país y de las grandes empresas españolas con proyección internacional que aspiran a crecer con los miles de millones de los fondos UE. Vamos, jugar al “teto” con los presupuestos tropecientos-milmillones de euros de Bienvenido mr. Marshall y ponerse hasta el culo de comisiones y “puertas giratorias”:

Esta foto, la verdad, es que parece de una esquela de los caídos por Pedro y por la Covid-19: han caído la mitad de los que pintaban algo.

Claro, es que esto es lo que no se iba a permitir a Ivano el Vanidoso. Vale con que se meta en la pata en la estrategia política, y se cague -indultos, acoso a Isabel Díaz-Ayuso, fumigación de Ciudadanos, etc- pero “meter la mano” en la mega pasta, ah no, por ahí no, que esa es la clave de esta “oligarquía de partidos” que nos aflige por nuestros pecados. Porque, amigos, esta es la clave de todo:

Y esto explica el apoyo de esta gentuza -patronal, obispos, sindicatos, etc…- a los “indultos-insultos”. Porque ahora que parece que va a llegar “la pasta” que les hemos sacado a los tolais -bobos, es decir, nosotros-, y que van a pagar con muchos intereses, muchísimos intereses, como “deuda nacional”, más impuestos y como “inflación galopante”, lo que afectará más a los humildes que no hayan tenido la suerte de ser “sufridores LGBTIQ” y demás “menas” del sistema.

Y ahora viene lo del “chuletón”.

Pa chulo, yo.

En la caída de Iván, y de la tonta de Laya, la monjita de exteriores, también tiene que ver el ridículo planetario sufrido en la capital del imperio:

Y en la de Ábalos, el “asuntillo” de Delcy y sus maletones llenos de “fariña”:

Y es que a los chulos lo que más les fastidia es que su “autoimagen” de triunfador caiga por los suelos por culpa de sus adulones. Y por esa brillante idea, la de la foto con gafas oscuras, tipo JFK, han nombrado a un tal Albares, el que le hace el teatrito aquí bajo de enseñarle unos informes, ministro-pelotillero de Asuntos Exteriores.

Y el chuletón, al punto.

Como prueba evidente de que es el que manda en el corral del presupuesto y digitalización -enchufismo del cretinismo, quiero decir-, le ha dado un zasca al inútil garzonita de Podemos-Merendemos-Comunistemos:

Vamos, que en el Gobierno de la Granja de Pedrito -homenaje a Herta Frankel-

las cosas están que arden.

Cargarse a la “guardia pretoriana”, los que te han ayudado a llegar al poder, porque es incómoda y levantisca, y que no se venguen de una manera u otra, no está al alcance de cualquiera. No, desde luego, a un tipo que miente más que habla

y que no es capaz de gobernar sin ceder a los chantajistas, es una operación de riesgo. Si esa actuación política ha sido movida por la fatuidad e inconsistencia moral, seguro que antecede a su castigo.

Y acabo con una frase de un autor que influyó -y mucho- en Benito Mussolini:

Nos vemos en las calles.

Vuestro Otto.