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Código Bushido

Amici, frattelli, camerati:

Como sabéis, hace cien años de lo que se conoció y conoce como “El desastre de Annual”. Ocurrió aquí:

Y fue fruto de una ineptitud masiva producida en el seno de lo que debían haber sido las élites del Estado liberal, decadente y absolutamente antipatriota y, por consiguiente, antisocial, que produjo una corrupción de políticos y mandos militares que llevó a la muerte, tortura y cautiverio a miles de españoles.

Recordemos, que si pagabas mil pesetas, te librabas, te “redimías”, de ir a cumplir el servicio militar.

Podemos imaginarnos que solo los ricos se libraban de ir a “la mili”, y los pobres, sin estudios, no tenían más remedio que ir. Vamos, lo ideal para mantener un espíritu de combate adecuado. Antes al contrario, las insurrecciones de los trabajadores para no ir al matadero al que los ricos estaban exentos, porque podían pagar 1500 reales, formaron parte del calvo de cultivo de la desafección obrera a la idea de la Patria.

(Una digresión: Para saber más de los motines anti-guerra: buscar “Sucesos de Cullera 1911”. Por ejemplo: https://es.wikipedia.org/wiki/Sucesos_de_Cullera. Del curioso origen de la carretera Sueca-Les Palmeres, la de la ruta del Bakalao, por la enemistad centenaria entre los pueblos de Sueca y Cullera. Para ir a la playa los de Sueca sin pasar por el término municipal de Cullera. Muy interesante.)

Esta y muchas más corruptelas -venta de armamento a las cabilas rifeñas, material defectuoso -los sacos terreros estaban podridos y nopodían usarse en los parapetos-, mandos sin conexión y enemistadosgenerales Berenguer, Navarro, Silvestre- , produjeron el conocido como “desastre”, que llevó a la muerte, tortura y cautiverio a miles de españoles, tras la derrota sufrida en Annual, por España en defensa del orden en su Protectorado.

El caso es que la española ciudad de Melilla, se encontraba a “tiro de cañón”, de las tropas del conocido cabecilla “Abdel-Krim”,

que había sido amigo de los españoles hasta que tuvo algún enfrentamiento. Según narra el historiador español Francisco J. Romero Salvado, profesor de la Universidad de Bristol, en su obra «The Foundations of Civil War: Revolution, Social Conflict and Reaction in Liberal Spain, 1916–1923», durante aquellos años Abd el-Krim estaba tan bien considerado por España que fue condecorado, nada más y nada menos, que «con la Cruz de caballero de Isabel la Católica, las cruces roja y blanca de primera clase del mérito militar y la Medalla de África». Todas con su correspondiente retribución monetaria. ¿Cómo es posible que los miembros de una familia tan cercana a España acabaran rechazando un dominio que reclamaban desde 1910? En la tesis doctoral «El Desastre de Annual y la crisis de la Restauración en España (1921-1923)», el historiador Pablo Laporte arroja algo de luz sobre el curioso fenómeno. Todo comenzó con el estallido de la Primera Guerra Mundial. En 1.917 Abd el-Krim fue encarcelado en Rostrogordo (Melilla)

por presiones francesas. El motivo fue su posicionamiento germanófilo durante la Guerra Europea, las declaraciones que hacía públicas respecto al sultán marioneta de los franceses, sus manifestaciones de que España no debía extender sus dominios más allá de las plazas de soberanía y la idea de la creación de un Estado Rifeño independiente. Abd el-Krim intento la fuga de la prisión, pero se partió la cuerda por la que descolgaba y se rompió una pierna, lo que le dejo cojo de por vida. Capturado de nuevo, permaneció preso otros once meses.

¡A mi la Legión¡

El caso es que, a consecuencia de la derrota, las fuerzas rifeñas amenazaron a Melilla. ¿Y quién fue a luchar contra unos enemigos, artistas de la gumía, que no se caracterizaban -ni se caracterizan- por la humanidad y la nobleza, dado que somos “infieles” -kafiris- y la jihad ordena que nos decapiten?.

La Legión española

Fundada que fue, como sabéis, por un caballero, un héroe, una persona cultísima y noble, que supo extraer los principios del japonés código Bushido -el camino del guerrero-, para crear desde la nada la unidad más aguerrida y poética del Ejército de España: el Tercio o Legión española, don José Millán Astray.

Que junto a su amigo y camarada, Francisco Franco Bahamonde,

ya sabéis, un personaje sin importancia alguna y que no hizo nada en la vida que valiera la pena, no como Pedro Sánchez, que es “doctor de todo”, hasta del codo.

El caso es que la Legión, y su comandante Francisco Franco,

salvaron a la ciudad de Melilla de la embestida islamo-rifeña. Y esa Legión de valientes, se constituyó, ya lo hemos dicho, basándose en los principios del Bushido, es decir, del guerrero Samurai.

Y un siglo después… Obsérvense las diferencias.

Aquí, sin embargo, aprovechando las “leyes de la Memoria Histérica”, se aprovecha para borrar de la mente a los que sirvieron con su vida y sirven con su ejemplo de patriotismo y honradez.

Como podéis comprobar, se trata de “llevarse bien”, es decir, “someterse”, estar “genuflexo” y baboso ante cualquier dictadorzuelo que nos amenace simplemente dejando pasar a su propio lumpen y al de toda África

para que le entre el miedo a una nación que padece al Gran Felón, cuya comparanza con Godoy, el que entregó España a Napoleón, está más que justificada. Esperemos que el “Gran Felón”, sea procesado también y tenga que emigrar forzosamente en cuanto las aguas de la Historia vuelvan a su cauce.

Y acabamos ya con un “A mi la Legión”.

Vuestro camarada, Otto.