El alcalde de Valencia, el catalanista Joan Ribó, se ha dedicado durante los últimos años a cambiar el nombre de numerosas calles de la ciudad (51 en total) dedicadas a personalidades relacionadas con el franquismo, cumpliendo así con la ley revanchista de la memoria histérica… perdón, histórica. Es la forma que tiene la izquierda de desviar la atención de los problemas reales que nos preocupan a todos, y por supuesto de tratar de cambiar y borrar la história.
Pero no son coherentes con sus propias leyes. Mientras que Ribó retira numerosas calles relacionadas con el franquismo le dedica otra al falangista Joan Fuster:
Claro está que más tarde se «cambió de chaqueta», renegando de todo ello, convirtiéndose en un firme defensor de la unidad del valenciano y del catalán y de los inexistentes e imaginarios «países catalanes», siendo casi una divinidad para la izquierda catalanista.
Pero la realidad es la que es y el pasado no se puede borrar, ellos son los primeros que deben cumplir su propia ley, ¿o es que sólo la aplican a los que no se han cambiado de chaqueta?.
Por todo ello desde España 2000, en cumplimiento de la ley de memoria histórica, exigimos la retirada de la calle dedicada al falangista Joan Fuster, ubicada en el barrio de Tres Forques, Valencia.