POR UNA REORIENTACIÓN DE LA POLÍTICA INTERNACIONAL ESPAÑOLA
Aunque no exista informe alguno de la ONU que vincule al Gobierno sirio con un supuesto ataque químico sobre civiles en Damasco (pese a que algún inspector del citado organismo, como la carismática Carla Ponte, se atreva adelantar que se trata de un nuevo crimen de los rebeldes sirios), los tambores de guerra vuelven a sonar de la mano del mesías cósmico y Nobel de la paz, Barack Hussein Obama.
Ante esta situación, el Gobierno Español ha decidido firmar una declaración que señala al Ejército Sirio como el causante de la supuesta matanza, pidiendo por ello “una respuesta firme en Siria”. En otras palabras, el Gobierno del Partido Popular se posiciona a favor de la Guerra contra Siria, pese a que luego no participe en la agresión militar que ha estado preparando EEUU junto a Arabia Saudí, Catar, Turquía, Francia y la entidad pseudoestatal de Kosovo.
La oposición al Gobierno tampoco representa una apuesta por la paz. A la ambigüedad del PSOE, hay que sumar la posición belicista e intervencionista por parte de UPyD.
Aparte de que la agresión militar a Siria es inmoral y contraria al derecho internacional, no hay que olvidar que esta intervención militar responde a intereses particulares de Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita, Qatar, Francia y Turquía, con los que España no consigue beneficio alguno. Veamos cuáles son esos intereses:
ESTADOS UNIDOS
En una era en la que la producción petrolera ha llegado a sus máximos y el barril de crudo no consigue bajar de los 100 dólares, el gas se postula como la nueva energía barata y abundante que podría facilitar la recuperación económica. En este sentido, en Siria se han descubierto importantes yacimientos de gas, a lo que habría que sumar la construcción de un gaseoducto con el que Damasco pretende dar salida al gas iraní al Mediterráneo, algo que no es del agrado de Turquía y Estados Unidos, que tras el fracaso del proyecto Nabuco, pretenden que no suceda lo mismo con el nuevo proyecto: El Gaseoducto Trans-Adriático (TAP).
Estados Unidos es consciente de que los gaseoductos rusos de Gazprom, North Stream y South Stream, requieren de un competidor que evite unas mayores relaciones bilaterales y comerciales entre Europa y Rusia, lo que le haría perder influencia en la región al país norteamericano.
Otro de los motivos de la agresión militar a Siria que se está planeando desde Washington, la explica perfectamente el escritor Juan Manuel de Prada en su artículo titulado “Chusma”: la economía yanqui produce dinero infinito sin que ello le repercuta a la inflación. La deuda puede aumentar y el precio de los productos que importa también, pero eso no es un problema si el dólar sigue siendo la moneda de referencia mundial. Siempre se podrán imprimir más billetes.
También hay que indicar que países como, por ejemplo, Japón, Alemania o China, son países con superávit, mientras que EEUU es un país deficitario que requiere que el dinero que paga a terceros vuelva en forma de depósitos o inversión en bolsas.
Para que Estados Unidos siga atrayendo capital y para que el dólar siga siendo la moneda de referencia mundial, Estados Unidos requiere de tener un gran poder militar que disuada a terceros de actuar en contra de sus intereses. En este sentido la guerra de Irak, la reciente de Libia, así como la de Siria o la futura contra Irán (si llega el momento), vienen marcadas por el hecho de que las transacciones económicas de esos países ya no se hacían o se realizan en dólares. Hicieran unos las operaciones comerciales en euros u otros en oro, lo cierto es que todos estos países eran o representan una amenaza contra Estados Unidos, ya que si EEUU, el país con la deuda más grande del mundo, se ve en la obligación de comprar con una nueva moneda referencial, colapsaría en pocos meses.
TURQUÍA
Turquía sabe bien lo que es percibir por derechos de tránsito 20 millones de dólares al día con el oleoducto BTC, algo que pretende multiplicar con la realización del proyecto gasístico citado anteriormente. A eso hay que añadir que Estambul, de la mano de Davutoglu, pretende ser una potencia regional que intenta ganar influencia sobre Rusia en los países turcófonos del Asia central, así como en regiones rusas como Tartaria. La importancia de toda esta zona geográfica reside en la existencia de las minas de oro y plata más grandes del planeta, multitud de metales raros, un tercio del Uranio mundial, las más importantes reservas de gas y una importante cantidad de petróleo.
FRANCIA
Para Francia, los intereses se circunscriben a su pasado colonialista y a la cada vez más debilitada burguesía francesa que pierde influencia en el mundo. Es lo que tiene apostar por la mano de obra barata llegada desde el tercer mundo.
ISRAEL
En cuanto a Israel, sería uno de los principales perjudicados con la victoria islamista, pero prefiere correr ese riesgo si con ello se despeja el cielo Sirio que les facilite un futuro ataque aéreo contra instalaciones iraníes. Por otro lado, las autoridades israelíes intuyen que su existencia depende del poderío militar norteamericano, por lo que resulta complicado que su política internacional se desvincule de la de Washington en algún momento.
CATAR Y ARABIA
Catar y Arabia Saudí buscarían seguir ganando influencia en el mundo mediante la exportación del islamismo wahabita, el más radical (y tan peligroso como absurdo) de los islamismos existentes y que ya ha empezado a mostrar sus efectos en Siria, donde drusos, kurdos y sobre todo chiítas y cristianos, están siendo asesinados en masa bajo el silencio cómplice de la mayoría de los medios de comunicación occidentales, participando de forma indirecta en una auténtica limpieza étnica. El Vaticano y el Patriarcado de Moscú, denuncian que en Siria los amigos de Obama y Hollande están exterminando despiadadamente a los cristianos. Cientos de vídeos que circulan por la red y de los que la prensa “obediente” no informa, lo corroboran: decapitaciones de soldados prisioneros, de sacerdotes, civiles kurdos quemados vivos, asesinatos de niños chiítas, torturas a funcionarios civiles, secuestros de mujeres y niños, etc. La lista es interminable y las visiones son horrorosas.
CONCLUSIÓN
El pueblo español debe saber que éstos y no otros, son los verdaderos motivos para la nueva guerra en Siria. La guerra en Siria no es más que la financiación de terroristas islamistas por parte Arabia Saudí y Catar, que son entrenados en Turquía y que sirven a los intereses de éstos, de Estados Unidos, de Israel y de Francia. Como el Gobierno de Assad está ganando la guerra, llega el Cassus Belli de las armas químicas, como ayer lo fueron las armas de destrucción masiva en Irak, una patraña que aún está por demostrar y que cada vez coge más fuerza la teoría de haber sido perpetrada por los rebeldes y cuyas víctimas fueron cientos de esos niños y mujeres secuestrados en la región de Latakia y de las poblaciones kurdas.
Por todo lo dicho, hay que decir de forma clara y contundente: la financiación y la entrega de armas por parte de occidente a los rebeldes sirios debe detenerse y facililla que ayudar al estado sirio en su lucha contra el terrorismo de inspiración saudí. Una intervención de los Estados Unidos en forma de bombardeo contra el estado sirio supondría declarar el inicio de una tercera guerra mundial.
HACIA NUEVAS ALIANZAS
En la pasada cumbre del G-20 quedó de manifiesto el poco apoyo que reúne la intervención armada sobre Siria. La foto conjunta de los presidentes de Rusia, China, India, Sudáfrica y Brasil, es el testimonio gráfico de una nueva era multipolar que EEUU no quiere aceptar por su excesivo endeudamiento.
En esa misma cumbre Vladimir Putin volvió hacer un guiño a España, cuando habló a Mariano Rajoy de una España “aliada y fiel” con la que Rusia “no tiene ningún conflicto bilateral”. Estamos seguros de que Rajoy no atenderá la llamada del máximo mandatario ruso, dejando que España siga siendo un actor secundario en la política internacional. Pero los patriotas españoles debemos tener en consideración estas manifestaciones.
Putin tiene razón, España y Rusia son dos países periféricos en Europa, tan alejados entre sí, que sus intereses convergen. Sólo dos veces en la historia se han enfrentado Rusia y España, siendo una de ellas por cuestión regia (guerra ruso-hispana), e ideológica la otra (Guerra Civil y II Guerra Mundial).
En cambio no podemos decir lo mismo del mundo anglosajón, el principal promotor de la guerra en Siria. Además de mantener ocupado el Peñón de Gibraltar, que junto a Ceuta es una de las principales bazas geopolíticas de España, la aplicación de la doctrina Monroe, invade el área de influencia de nuestro país. Digámoslo claro, no es casualidad que el nacionalismo identitario sea tan débil en España, mientras avanza la hispanofobia en las naciones de Iberoamérica y en regiones como Cataluña o el País Vasco.
Es por ello que el patriotismo español debería considerar una alianza firme con Rusia. España, un país pobre en recursos, podría proveerse económicamente de ellos sin necesidad de guerra alguna. Recíprocamente, podríamos servir de puente en las relaciones diplomáticas y comerciales entre Rusia e Iberoamérica. Asimismo nuestras empresas podrían contribuir al desarrollo del turismo y las infraestructuras en la gigante Siberia. La oportunidad está ahí, la voluntad, lamentablemente, no.
M.A.B