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Trapero, trapicheo, trapillo.

Trapero.

Es que hay apellidos que marcan. Creíamos haberlo visto/oído todo con el rufianesco “rufián”, Gabriel, por mal nombre, que era la forma de decir proxeneta en latín -de “rufus”, “rubio-rubia”, las prostitutas más deseadas en el Imperio Romano-, cuando
nos encontramos con un tal Trapero. El
trapero, para un niño de barrio como yo, era el sitio donde se llevaba el hatillo de
periódicos viejos, a dos reales el kilo en mi caso, en la calle de Sogueros, barrio del Carmen, años 60, popular, con olor a repollo cocido. Vamos nada del pijo-progre de funcionata de Conselleria de ahora que tanto gusta a los “amics” y los “salvem” de todo pelaje subvencionado.

El caso es, camaradas, que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha dictado una sentencia que absuelve a Josep Lluis Trapero de todos los “minidelitos” -restos de la sentencia “compasiva” del Tribunal Supremo, que se le podían imputar por el intento de golpe de estado separatista en cámara lenta -Alfonso Guerra dixit-, del año 2017. Os pongo aquí el “link”. 96 páginitas de nada: poderjudicial.es. Pero como sabemos que sois personas decentes y, por consiguiente, no podéis perder el tiempo porque tenéis que cumplir horarios, entregas, liquidaciones del IVA y otras crueldades, os haremos un resumen: de los tres integrantes de la Sala, dos no han visto nada punible, por falta de pruebas y la presidenta, la sra. Espejel, sí.

La ley R.I.C.O y la mafia.

En los EE.UU., hartos de que un sistema
megagarantista -modelo “liberal”- fuese
utilizado por los mafiosos para librarse de
acabar con sus huesos en Alcatraz,
aprobaron una ley que se llamó ley R.I.C.O. La Ley RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), abreviado RICO o RICO Act y Ley de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas. Vamos, como la Generalitat de Cataluña: corrupción, bandidaje pujolista y el separatismo de toda la vida.
En efecto, hartos en los EE.UU -año 1970,
Nixon al mando- que los capos de las
“famiglias” se salvaran siempre y se le
echaran la culpa a los subordinados, que al parecer siempre iban por su cuenta,
determinaron, entre otras medidas, que si
un delito se producía en el seno de una
organización criminal y jerarquizada, la
responsabilidad se le imputaba a la cúspide de la pirámide, salvo prueba en contrario. Esto técnicamente, en el derecho penal se llama la teoría penal del dominio del hecho.

La familieta catalana de “tota la vida”.

Bien, aquí tenéis una “famiglia”de pijos
burgueses catalanes y un charneguito, que les ayuda en sus iniquidades:

Fijáos: en la cúspide de la organizaCIÓN, el Molt Honorable, huido en Waterloo,
cobardón y manipulador, el “big boss”, il
capo di tutti capi. Puigdemoniete. A su
izquierda, los «caporegimes», los jefecillos vamos. Y entre ellos, muy contento, Josep Lluis Trapero, porque la burguesía catalana de toda la vida, la que le pidió a Franco aquello de: “general, sálveme la fabriqueta”, le haya dejado ser un esbirro, ofendiendo a sus padres, que eran españoles de pro. Ahora, Josep LLuis, se dedica a cantarle a los “senyorets”, canciones de Serrat: paraules d’amor.

Es muy difícil ser más pelota.
El caso es que, para salvarse de una
condena penal, negó y renegó de sus
“amigos catalanes”. Incluso dijo que tenía un “operativo” para detenerlo si así se le
ordenaba. El caso es que, en tiempos de
Mariano Rajoy, nadie ordenaba nada para
evitar los delitos de lesa Patria que
acabaron cometiéndose , porque se estaba por “la conciliación y la paz” entre la Cataluña “triomfant” y el sumiso “Estado español”. Un “first dates” con pajaritos muy amoroso. Mirad a Sreckh y a Fiona, “loves in the air”.

El caso es que el caso no está cerrado. La
magistrada Espejel ha planteado un voto
particular muy fundado, vedlo aquí: https://www.elindependiente.com/espana/2020/10/21/el-tribunal-que-ha-absuelto-a-trapero-y-la-cupula-de-los-mossos/amp/

Es diametralmente opuesto al resto de los
ropones judiciales. Es una aplicación en
definitiva de la “teoría del dominio del
hecho” que hemos comentado.
Ya veremos en el Tribunal Supremo y
siempre que la Fiscalía mantenga su
acusación o hace lo que la novia de Garzón le mande.
Os mantendremos informados.

El trapicheo.

Pero otra noticia “mató” la de la sentencia. La presentación de la moción de censura por parte de Santiago Abascal. Una jugada arriesgada, que no acabó de salirle bien. Y que fue aprovechada por este “miniMariano”, con su barbita y todo, llamado Pablo Casado.
A muchos sorprendió la ferocidad del “no” casadil. Y estas emisiones emocionales, tratándose de políticos profesionales, gente de lengua bífida y piel fría de lagarto, no acostumbran a ser usuales. Lo cual puede deberse a dos motivos:

A) Casado odia a Santi porque se le está comiendo la tostada. Con lo amigos que eran hace un año en la plaza de Colón:

B) Pablito quiere llevarse bien con el Gobierno, porque en el PP, los deudos y feudos de Mariano Rajoy, le tienen más miedo a Bárcenas que a una troná. Esta es la tesis de Macarena Olona, una buena cabeza de VOX.

Un trapillo.

El caso es que la posibilidad -de momento, en política todo es de momento-, de una alternativa “de centro derecha”, capitaneada por Casado, pues que no, que de momento no va a ser. Veremos. Pero la calidad humana, el carácter, la palabra, incluso el honor, de Pablo Casado digamos que ha quedado como “un trapillo”.

Y es que, como dijo Ramiro de Maeztu. “Entre afines no se debe establecer conflicto político”

Aprendamos los patriotas, los inasequibles al desaliento, a no dejarse llevar por envidias, miedos, rencores y demás incapacidades del espíritu.

Vienen tiempos difíciles. Más que nunca es necesaria la unión y la jerarquía, que a la unión da un sentido.

Aquí, la Falange desfilando, junto a España 2000, por las Termópilas de Benimaclet.

O.S.