Amici, camerati, compagni:
Lo primero, la canción. Un magnífico reggae de producción nacional –“No me pises que llevo chanclas”, de los 80-90.
Época de libertad con respeto, comparado con la actual, que sólo alcanza al libertinaje que quiere destruir los valores ajenos, los propios del Cristianismo y de Occidente: los actos sexuales perversos y la demolición de los símbolos cristianos, como la Cruz de Ribalta en Castellón.
El libertinaje es el mal uso de la libertad para el perjuicio de los demás. Lo dijo muy bien Oriana Fallaci, periodista italiana que avisó de lo que suponía el islamismo, con lo que se ganó la etiqueta de rigor: islamófoba, y la flojera de los países de raíz blanca y occidental para atajarlo:
Una familia, una patria, una religión… no las tendrás y serás feliz
En este proceso revolucionario comunista-globalista, resulta esencial redefinir las mentes, para que abandonen lo que ha sido esencial de la identidad: patria, religión, familia. Si se consigue acabar con estas “anclas” con todo lo que nos antecede y se “rediseña”, como “nuevas identidades”, algo que se convierta en una mutilación con nuestro pasado nacional, familiar o religioso, entendido como los “valores de Occidente”, la posibilidad que las élites globalistas ejerzan una dominación “soft”, suavecita, está cantada: la Agenda 2030.
Alterar el lenguaje personal para alterar nuestro pensamiento: el lenguaje orwelliano inclusivo
El progresismo universitario, los intelectualitos de opereta, como vieron que aquello del capitalismo y su fin estaba muy lejos de conseguirse por la vía de la revolución comunista, la social, la de toda la vida, con armas y sangre en las calles, pero que querían seguir viviendo de puta madre y, además, figurar como “los que mejor sabrían gobernar si los dejaran”, tras los fracasos del “socialismo real” y de las experiencias caribeñas.
Así, que lo mejor era “dominar las mentes mediante la dominación del lenguaje”. Esto forma parte de la tradición comunista, de profesores, no de trabajadores, ni de soldados revolucionarios, no.
Y Orwell le llamó “Ing-soc” o “neolengua”. Para ello emplean diferentes técnicas que ya se describen en el libro 1984 , donde la intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmovisión y hábitos mentales propios de los devotos, sino también imposibilitar otras formas de pensamiento. Lo que se pretendía era que una vez la neolengua fuera adoptada de una vez por todas y la vieja lengua olvidada, cualquier pensamiento herético, es decir, un pensamiento divergente de los principios del Ingsoc, en este caso la ideología “queer”, queden sometidos a quien no adopte el concepto nuevo introducido como hereje. Y así lo vemos en las continuas correcciones con la palabra “cis” “trans” “queer” o el mero uso de pronombre, incluso inventados, usando la técnica de refuerzo positivo/negativo, incluyendo a la propia persona que lo adopta, premiando su uso y castigando su rechazo de tal forma que así fuera literalmente impensable, o por lo menos en tanto que el pensamiento depende de las palabras construir una realidad certera.
ELIMINAR LA NATURALEZA Y LO “CONSTRUIDO” TRATARLO COMO NATURAL: LA CARCOMA QUEER.
Esto lo encontramos ya en el “queer”, que significa y pretende la ruptura de la identidad sexual basada en el sexo y, de paso, la “deconstrucción” de toda la sociedad occidental, porque estas tontunas no se atreven a llevarlas adelante en los países no-occidentales. Y esto se hace con el simple paraguas trans, donde todo es trans siempre y cuando lo exprese, y en la supresión de la relación con la condición humana, como ser animal y biológico.
Por ejemplo, en la supresión de la palabra mujer como significado de “hembra humana” trasladado a un “espacio mental de lo femenino” exento de carnalidad y corporeidad más que como el deseo de algo que no tiene forma y que se expresa en un deseo de la conducta deseable con un significado individual. El lenguaje QUEER usa “no binario” y además sustituyendo no solo las conductas más diversas del ser humano, si no que la conducta la suplanta con el hecho de la sexualidad que es absurda sin el hecho de la existencia del sexo físico: el pene y la vulva, entre otras felices diferencias.
EL FASHWAVE Y LA LITTLE DARK AGE
Ante tamaña barbaridad, la reacción de la gente sana, en especial de la gente joven, encuentra respuesta cultural en los medios. Por ejemplo, el éxito del “fashwave”,-“fash”, de fascismo, tal y como suena en inglés, y “wave”, la ola de recuperación estética y ética de los valores europeos y de la canción Little dark age, que comienza a hacerse viral en 2020, gracias a una versión ralentizada que arrasa en la red social Tik Tok. Aquí, la canción:
Desde entonces Little dark age es un emblema del antiprogresismo, especialmente popular entre jóvenes de todo el planeta, que por ejemplo se retratan bailando e imitando cuadros clásicos, una manera de señalar que encuentran preferible el arte antiguo al actual.
Tardeos dialecticos y patrióticos: la batalla continua
En fin, que esto de la “batalla cultural” o “guerras culturales”, está dando mucho de sí. Por eso la conveniencia de “armarse”, y no sólo de paciencia, sino de inteligencia y “dialéctica de combate”, porque por ahí se empieza. Y sin desmerecer a nuestros mayores, como el gran don Miguel de Unamuno, intelectual crítico, saludado por falangistas en Salamanca tras su apoyo sin fisuras al Alzamiento Nacional, pese a la propaganda del rencoroso falso intelectualismo antinacional y vendido a potencias extranjeras.
Por eso convendría comenzar el año con un nuevo ciclo de conferencias y charlas. A ser posible, con unos “aperitivos” culinarios que representen a lo mejor de la cocina patria. Y a vivir, que son dos días.
Vuestro Otto.