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José Luis Roberto: vox ocupó un espacio que no les correspondía

Se va Espinosa de los Monteros.

Amigos de Vox están alicaídos y creen que esto es el principio del fin de Vox. Personalmente creo que, conozco a Vox desde el principio, este partido era una agrupación minúscula con un fuerte y reducido núcleo de dirigentes.

Buscaron y encontraron un espacio que no era el sitio de donde vinieron. Se hicieron contrarios a la inmigración cuando habían sido favorables siempre a la inmigración, sobre todo la sudamericana. Sacaron a mansalva banderas nacionales, el himno de la legión, el brindis de los tercios, etc, cuando pocos años antes nos pedían que si íbamos a sus concentraciones no lleváramos esas banderas porque pareceríamos fachas. Abandonaron, al menos públicamente, su radicalismo religioso cuando el núcleo fundador estaba imbuido fuertemente y financiado por el mayor radicalismo católico.

Creció y creció un partido que seguía funcionando como al principio, con un pequeño núcleo que dirigía todo y no permitía discrepancias. No había democracia interna, pero tampoco se permitía gente válida si se pensaba que podían disentir o hacer sombra a los fundadores.

Crearon un partido, unos pocos, que no supieron crecer, defendiendo unas ideas y unas poses que en el fondo no sentían.

No creo que sea el final de Vox, puede ser que vaya decreciendo como partido, pero ha abierto la puerta al sentimiento nacional de millones de españoles y a poder decir las cosas con sentido común, en contra de la ideología dominante que pretende formar nuestro pensamiento.

A partir de ahí será más fácil construir nuevas alternativas, como en toda Europa, sin los defectos en los que ha caído Vox, sin tener que disfrazarse, y abriendo las puertas a todos aquellos que quieran contribuir a un verdadero cambio.

José Luis Roberto, Presidente Nacional de España 2000.