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El Estado Nacional

Entendemos el Estado Nacional como aquel estado cuya organización social, económica y política es totalmente soberana. Asimismo, este tipo de estado debe fomentar los lazos comunes que unen a todos los españoles y fomentar su identidad común.

Como medida fundamental para la implantación del Estado Nacional en un futuro próximo en España, considerando la concepción actual en vigor, sería la derogación inmediata del nefasto régimen del 78 y del Estado de las Autonomías, el cual ha fragmentado a la Nación de una manera preocupante, poniendo en peligro su unidad nacional. El llamado Estado de las Autonomías nada más que ha hecho que potenciar la desigualdad entre españoles, el derroche en las instituciones y elevar el coste del conjunto del Estado a niveles intolerables, ya que ha engordado la administración de forma vertiginosa y sin control.

Esta fragmentación nacional está provocando que el Estado de las Autonomías debilite el Estado del Bienestar. Se está primando el mantenimiento de las autonomías cuando a todas luces estas son totalmente inviables. Ello está propiciando que dotaciones económicas que deberían estar dirigidas a sostener el Estado del Bienestar sufran recortes, para que lo recibido por las autonomías y otras instituciones inútiles no se vea debilitado.

El objetivo del Estado Nacional debe ser acabar con estos desmanes y garantizar de forma soberana e independiente a todos los habitantes del país una asistencia social y sanitaria gratuita, que el acceso a la educación se pueda realizar de forma pública y sin coste para sus usuarios, que existan subsidios para las personas en estado de desempleo, etc. Es decir, defendemos una organización territorial que trate de evitar las desigualdades sociales entre sus habitantes a través del concepto de solidaridad nacional, buscando potenciar el bienestar de las llamadas clases medias, las cuales son las más sensibles a los vaivenes políticos. Estas clases medias, actualmente, son el colectivo social que mayor presión fiscal soporta para mantener el Estado.

En contraposición a un centralismo intransigente, entendemos que el Estado Nacional debe contar con cierta descentralización, delegando carga administrativa esencialmente en los municipios. No obstante, las competencias en educación, sanidad, asuntos exteriores, defensa y gestión de infraestructuras deben ser siempre asumidas por la administración central para garantizar su correcto funcionamiento y evitar desigualdades territoriales.

La potenciación del Estado Nacional es la única defensa en la lucha contra el globalismo que actualmente defiende la derecha liberal y conservadora, así como la socialdemocracia moderna. Del mismo modo, es el único que garantiza nuestra soberanía política, evitando así injerencias extranjeras que marquen el destino de la actividad económica e interfieran en los hábitos y forma de vida de los ciudadanos. Es preciso destacar que actualmente, más del 80% de nuestras decisiones sobre la actividad económica y productiva se toman fuera de nuestras fronteras, ya sea, entre otras, a través de directivas europeas o tratados internacionales firmados por estructuras supranacionales, como puede ser la Unión Europea y sus políticas de comercio con terceros que perjudican gravemente nuestros intereses.

En conclusión, el Estado Nacional es la única forma de organización que supone una garantía del Estado del Bienestar de una nación, además de asegurar su soberanía política y, por tanto, evita que el transcurso de nuestra economía sea manejado desde otro punto del planeta ajeno a nuestro suelo.